SÁBADO
DE LA III SEMANA DE CUARESMA
Forma Extraordinaria del
Rito Romano
Jesús se retiró al monte de los
Olivos: Y al romper el día volvió según
costumbre al templo; y como todo el pueblo concurría a él, sentándose se puso a
enseñarlos. Cuando he aquí que los
escribas y fariseos traen a una mujer cogida en adulterio y, poniéndola en
medio, dijeron a Jesús : Maestro, esta
mujer acaba de ser sorprendida en adulterio.
Moisés en la ley nos tiene mandado apedrear a las adúlteras. Tú ¿qué
dices a esto? Lo cual preguntaban para tentarle y poder acusarle. Pero Jesús se
inclinó hacia el suelo, y con el dedo escribía en la tierra.
Mas como porfiasen ellos en
preguntarle, se enderezó, y les dijo: El que de vosotros se halla sin pecado, que
le tire la primera piedra. Y volviendo a
inclinarse otra vez, continuaba escribiendo en el suelo. Mas, oída tal respuesta, se iban escabullendo
uno tras otro, comenzando por los más viejos, hasta que dejaron solo a Jesús y
a la mujer que estaba en medio. Entonces Jesús, enderezándose, le dijo: Mujer,
¿dónde están tus acusadores? ¿Nadie te ha condenado? Ella respondió: Nadie, Señor. Y Jesús
compadecido le dijo: Pues tampoco yo te condenaré. Anda, y no peques más.
Juan 8,1-11.