«Abrid vuestro corazón a los carismas del Espíritu Santo, que espera cualquier gesto de vuestra parte para enriqueceros»
«Dé libertad plena a la libre actuación del Espíritu Santo, esforzándose por reproducir en su vida las virtudes cristianas y, con preferencia sobre todas las demás, la santa humildad y la caridad cristiana»
«¿Queremos vivir espiritualmente, esto es, movidos y guiados por el Espíritu del Señor? Seamos avispados en mortificar el espíritu propio, que se engríe y nos hace vehementes; esforcémonos en suma por reprimir la vanagloria, la iracundia, la envidia: tres espíritus malignos que esclavizan a la mayor parte de los hombres y se oponen tremendamente al Espíritu del Señor».