Homilía
de maitines
4 de abril (traslada)
LA ANUNCIACIÓN DEL SEÑOR
Forma Extraordinaria del Rito Romano
Homilía
de san Ambrosio, obispo
Libro 2 sobre san Lucas
Sin
duda los misterios divinos son ocultos, y, como ha dicho el profeta, no es fácil
al hombre, cualquiera que sea, llegar a conocer los designios de Dios (Is
40,13). Por eso el conjunto de acciones y enseñanzas de nuestro Señor y
Salvador nos dan a entender que un designio bien pensado ha hecho elegir con
preferencia, para Madre del Señor, a la que había sido desposada con un varón.
Mas ¿por qué no fue hecha madre antes de sus esponsales? Puede ser para que no
se pudiera decir que había concebido adúlteramente.
Y
habiendo entrado donde ella estaba, dijo: Dios te salve llena de gracia, el
Señor es contigo, bendita tú entre las mujeres. Ella, al oír estas palabras, se
turbó. Reconoce a la Virgen en su conducta, reconoce a la Virgen en su
modestia, reconoce a la Virgen en sus palabras, reconócela en el misterio. Es
propio de las vírgenes turbarse e intimidarse cada vez que un hombre las aborda
y temer toda conversación con un hombre. Que las mujeres aprendan a imitar el
propósito del pudor: sola en su retiro, para que ningún hombre la viese; sólo
el ángel la encontró; sola, sin compañía; sola, sin testigos, para no rebajarse
en entretenimientos vulgares, sola es saludada por el ángel.
El
anuncio de tal misterio debía de ser pronunciado no por los labios de un
hombre, sino por los de un ángel. Hoy se oye por vez primera: El Espíritu Santo
descenderá sobre ti, y es oído y es creído. He aquí, dice, la esclava del
Señor; hágase en mí según tu palabra. Admira la humildad, admira la entrega. Se
llama a sí misma la esclava del Señor, la que ha sido escogida para ser su Madre;
no la ensoberbece esta promesa inesperada.