Santo Rosario.
Por la señal...
Monición inicial:
Se hace hoy memoria san Fructuoso de Braga, el cual,
monje y fundador de monasterios, fue obispo de Dumio y, por voluntad de los
Padres del décimo Concilio de Toledo, obispo metropolitano de Braga, sede que
rigió con prudencia junto con sus monasterios. Murió en el año 665. Con algunos
puntos de su Regla Monástica meditamos el rosario de hoy.
Señor
mío Jesucristo...
MISTERIOS GOZOSOS
1.- La encarnación del Hijo de Dios en las
entrañas purísimas de la Virgen María..
“Después del amor al Señor y al prójimo, que
es el vínculo de toda perfección y cima de las virtudes, se determinó además
observar en los monasterios lo siguiente de la tradición regular. Primero,
vacar a la oración noche y día (…) y no
eximirse nadie en manera alguna o entibiarse de los ejercicios espirituales por
la práctica de los trabajos durante largo tiempo.”
2.-La Visitación de Nuestra Señora a su prima
santa Isabel.
Los
enfermos deben ser tratados con toda compasión y lástima, y sus dolencias
aliviadas con los servicios convenientes.
3.-El nacimiento del Niño Dios en el portal de
Belén
Ha
de abrazarse, en fin, la pobreza, la parquedad en la alimentación, la dureza de
lecho.
4.-La purificación de Nuestra Señora y
presentación del Niño Jesús en el templo
“El abad ha de ser: Varón santo, discreto,
grave, casto, acepto, humilde, manso y docto, que esté experimentado en
duraderas pruebas, bien instruido en todas las observancias predichas, que
sobresalga por su abstinencia, brille por su instrucción, desdeñe las comidas
exquisitas y la afición a la mesa suntuosa. Ha de rechazar el exceso en el
vino. Ha de saber proveer a todos los monjes en general como padre suyo y
sumamente compasivo. Ni le ha de dominar inmoderada y repentina cólera, ni
engreírle la soberbia, ni deprimirle la tristeza y pusilanimidad, ni
corromperle la liviandad. Ha de dar pruebas de discreción junto con paciencia,
y de suavidad con energía.”
5.- El niño Jesús perdido y hallado en el
templo
“Debe ser tal la
conformidad de sus palabras con su vida, que confirme con una conducta exacta
lo que enseña de palabra; y, yendo delante con la espada de dos filos, todo lo
que sugiere a otros con palabras lo ponga en práctica con constante afán. A fin
de que ni las obras destruyan las palabras ni, por el contrario, las palabras
discordantes quiebren las buenas obras, todo ha de ser concordante en la mutua
participación, como son consonantes las cuerdas de la lira o cítara, que sólo
producen de por sí dulce sonido al ser percutidas, cuando las hiere el rasgueo
de los dedos del artista, guardando un equilibrio proporcionado, sin
precipitarse en confusa armonía.”