miércoles, 13 de abril de 2016

“HOMO EST DEI CAPAX” - EL HOMBRE ES CAPAZ DE DIOS Reflexión diaria del Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia (nn. 108-110)


“HOMO EST DEI CAPAX” - EL HOMBRE ES CAPAZ DE DIOS
Reflexión diaria del Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia (nn. 108-110)
Continuamos la reflexión diaria en torno a la doctrina social de la Iglesia queriendo responder a la iniciativa del plan pastoral de la Archidiócesis de Toledo de estudiar y profundizar en esta parte del mensaje evangélico en muchos casos desconocida y olvidada.
El mensaje fundamental de la Sagrada Escritura anuncia que la persona humana es criatura de Dios. El hombre no es fruto del azar ni de la casualidad ni de una enfado de los “dioses” ¡¡¡¡ ni de una evolución e inteligencia de la materia que se ordena  a si misma!!!  El hombre es querido y creado por Dios de forma explícita y voluntaria. “Hagamos al hombre”. Sin duda alguna es lo más grande que se puede decir del ser humano. Ante ello, no cabe más que el asombro, la admiración y la acción de gracias. Acción de gracias que lleva a responder a la iniciativa divina con generosidad.  
El elemento que caracteriza y distingue al ser humano es ser creado a imagen y semejanza de Dios, de ahí que, que tiene la dignidad de persona: Es capaz de conocerse, de poseerse y de darse libremente y entrar en comunión con otras personas; y es llamado, por la gracia, a una alianza con su Creador, a ofrecerle una respuesta de fe y de amor que ningún otro ser puede dar en su lugar.
La semejanza con Dios revela que la esencia y la existencia del hombre están constitutivamente relacionadas con Él del modo más profundo. Es una relación que existe por sí misma, y la existencia del hombre –aunque él no lo sepa o lo niegue- depende de su creador.
LA PERSONA HUMANA ES UN SER PERSONAL CREADO POR DIOS PARA LA RELACIÓN CON ÉL, QUE SÓLO EN ESTA RELACIÓN PUEDE VIVIR Y EXPRESARSE, Y QUE TIENDE NATURALMENTE HACIA ÉL. Esta relación con Dios puede ser ignorada, olvidada o removida, pero jamás puede ser eliminada. En la medida que se separa de Dios y lo aparta de su vida, el hombre se deshumaniza. Es en Dios en quien el hombre encuentra la más grande expresión de su dignidad.
Como consecuencia de que Dios nos haya creado para vivir en amistad con él encontramos la dimensión relacional y social de la naturaleza humana: el hombre a imagen de Dios Trinitario es llamado también a formar comunidad de personas, a socializarse, a donarse a los demás.
Creo que estas verdades han de ser insistentemente repetidas y anunciadas: Hemos sido creados y queridos por Dios para vivir en amistad con él y con los demás.