SOLEMNIDAD DEL SAGRADO
CORAZÓN DE JESÚS
FORMA EXTRAORDINARIA DEL
RITO ROMANO
Los judíos entonces, como era el día de la
Preparación, para que no se quedaran los cuerpos en la cruz el sábado, porque
aquel sábado era un día grande, pidieron a Pilato que les quebraran las piernas
y que los quitaran. Fueron los soldados, le quebraron las piernas al primero y
luego al otro que habían crucificado con él; pero al llegar a Jesús, viendo que
ya había muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados, con
la lanza, le traspasó el costado, y al punto salió sangre y agua. El que lo vio
da testimonio, y su testimonio es verdadero, y él sabe que dice verdad, para
que también vosotros creáis. Esto ocurrió para que se cumpliera la Escritura:
«No le quebrarán un hueso»; y en otro lugar la Escritura dice: «Mirarán al que
traspasaron».
Jn 19, 31-37