DÍA 30
PENSAMIENTO DE SANTA MARGARITA MARÍA DE ALACOQUE
"Tened los sentidos
interiores y exteriores en el Sagrado Corazón de nuestro Señor, imponiéndoles
un profundo silencio: silencio interior, cercenando pensamientos inútiles y
sutilezas del amor propio, para disponernos a oír a la voz del esposo; silencio
en todo lo que pueda seros a vos materia de alabanza y excusa, de censura y
acusación a los otros; silencio en los ímpetus con que la naturaleza
inmortificada pretenda mostrar alegría o descontento en cosas tristes..., y
este silencio será para honrar el de Jesús solitario en el Santísimo
Sacramento. Por este medio aprenderéis a conversar con su Sagrado Corazón y a
amarle en silencio".
MEDITACIÓN:
Después de ponerte en presencia de Dios y disponerte para la meditación confundiéndote, dando gracias, pidiendo perdón y las gracias necesarias para sacar el mayor fruto posible; considera:
Después de ponerte en presencia de Dios y disponerte para la meditación confundiéndote, dando gracias, pidiendo perdón y las gracias necesarias para sacar el mayor fruto posible; considera:
1. Considera la enseñanza que Jesús
nos da sobre la oración: "Tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cuando
hayas cerrado la puerta, ora a tu Padre que está en secreto, y tu Padre, que ve
en lo secreto, te recompensará. Y al orar, no uséis repeticiones sin sentido,
como los gentiles, porque ellos se imaginan que serán oídos por su palabrería.
Por tanto, no os hagáis semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe lo que
necesitáis antes que vosotros le pidáis."
2. "Ojalá escuchéis hoy su voz." Enseñaba
la Beata Madre Teresa de Calculta: "A
Dios no lo podemos encontrar en medio del ruido y la agitación. En la
naturaleza, los árboles, las flores y la hierba crecen en silencio; las
estrellas, la luna y el sol se mueven en silencio. Lo esencial no es lo que
decimos, sino lo que Dios nos dice a nosotros o lo que dice a través de
nosotros. En el silencio, Él nos escucha; en el silencio, Él habla a nuestras almas.
En el silencio, se nos concede el privilegio de escuchar Su voz.
Silencio de
los ojos,
silencio de los oídos,
silencio de la boca,
silencio de la mente .
... en el silencio del
corazón
Dios habla.”
Da gracias al
Señor por este momento de meditación y antes de terminar haz algún propósito
concreto, realista y firme para vivir lo meditado.