martes, 28 de junio de 2016

MES DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS (DÍA 28)



DÍA 28
PENSAMIENTO DE SANTA MARGARITA MARÍA DE ALACOQUE
Aunque Dios quiera salvarnos, quiere que ayudemos de nuestra parte, si no, nada hará sin nosotros. Por esto hemos de estar resueltas a padecer. Este es el tiempo de siembra provechosa para la eternidad, allí será abundante la cosecha. No os desaniméis, vuestros trabajos arrostrados con paciencia valen mil veces más que cualquiera otra penitencia."

MEDITACIÓN:
Después de ponerte en presencia de Dios y disponerte para la meditación confundiéndote, dando gracias, pidiendo perdón y las gracias necesarias para sacar el mayor fruto posible; considera: 
1.Jesús ha dicho: "Ven y sígueme." Dios, por su omnipotencia, podría salvarnos a todos en contra de nuestra voluntad; pero él ha querido hacernos a su imagen y semejanza concediéndonos la libertad. Dios desea salvarnos, pero no quiere imponernos la salvación. Él quiere que cada uno de nosotros escojamos con libertad servirle o no, ser sus amigos o no, obedecerle o no. La Omnipotencia de Dios tiene un límite y es nuestra libertad. Él nos busca y hace todo lo posible para que nos salvemos, pero quiere que le ayudemos, que colaboremos. Considera cuántas veces, aunque no de forma totalmente manifiesta, pones barreras, excusas, justificaciones y razonamientos humanos para no dejarle obrar como aquellos que se excusaron ante la llamada de Jesús, como aquel joven rico del Evangelio. Considera cuántas veces él ha querido actuar y tú te has resistido, has tenido miedo, no has colaborado, te hiciste el sordo. Pídele perdón y decídete de hoy en adelante a dejarle obrar totalmente en ti.      
2.  Jesús ha dicho: "Con vuestra paciencia, salvaréis vuestras almas". La paciencia puede ser definida como la capacidad de sufrir y tolerar desgracias y adversidades o cosas molestas u ofensivas, con fortaleza, sin quejarse ni rebelarse. Es toda una ciencia de la paz, es todo un arte de vivir, es el medio para salvar nuestra alma... Examínate sobre esta virtud y medita esta sentencia de San Francisco de Sales: "En esta vida la paciencia ha de ser el pan de cada día; pero la necesitamos en particular para nosotros, porque nadie se nos hace tan pesado como nosotros mismos."

Da gracias al Señor por este momento de meditación y antes de terminar haz algún propósito concreto, realista y firme para vivir lo meditado.