SANTO EJERCICIO DEL VIACRUCIS
del Misal diario latino-castellano y devocionario.
del Reverendo Eduardo Serra, sacerdote
Por la señal de la santa Cruz...
Acto de contrición y ofrecimiento
Clementísimo Jesús mío, porque sois infinitamente bueno y misericordioso, os amo sobre todas las cosas y me arrepiento de todo corazón de haberos ofendido; os ofrezco este santo Camino en honor de aquel otro doloroso que vos seguisteis por mí, indigno pecador; tengo intención de ganar todas las indulgencias y de rogar por todos aquellos fines y motivos por los cuales tan gran tesoro fue concedido, suplicándoos humildemente que de tal modo lo haga, que me ayude a obtener vuestra misericordia en esta vida y la gloria eterna en la otra.
Al principio de cada estación se dice:
V/. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos
R/. Que por tu santa Cruz redimiste al mundo.
Después de la meditación de cada estación puede rezarse un Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Y al final de cada estación:
V/. Señor, pequé.
R/. Tened piedad y misericordia de mí y de todos los pecadores.
V/. Bendita y alabada sea la Pasión y Muerte de nuestro Señor Jesucristo
R/. Y los Dolores de su Santísima Madre al pie de la cruz.
PRIMERA ESTACIÓN
Jesús es condenado a muerte
Oh Jesús mío, por aquella injusta sentencia tantas veces firmada con mis culpas, libradme de la sentencia de muerte, tantas veces por mí merecida.
SEGUNDA ESTACIÓN
Jesús lleva la Cruz a cuestas
¡Oh Jesús mío!, vos que voluntariamente cargasteis con la pesada Cruz fabricada por mis pecados, haced que yo conozca su gravedad, y mientras viva los llore incesantemente.
TERCERA ESTACIÓN
Jesús cae bajo el peso de la Cruz
El gran peso de mis culpas, oh Jesús mío, os hizo caer bajo la Cruz. Las aborrezco y detesto; os pido siempre perdón de ellas y, con el auxilio de vuestra gracia, propongo no volver a cometerlas jamás.
CUARTA ESTACIÓN
Jesús encuentra a su santísima Madre
¡Afligido Jesús! ¡María, Madre dolorosa! Si con las culpas de mi vida pasada he sido la causa de vuestras penas y de vuestros dolores, quiero, con el divino auxilio, no renovarlas en lo restante de mi vida, sino amaros fielmente hasta la muerte.
QUINTA ESTACIÓN
El Cirineo ayuda a Jesús a llevar la Cruz
Dichoso el Cirineo, que os ayudó, oh Jesús mío, a llevar la Cruz. Dichoso seré también yo si os ayudo a llevar la Cruz, sufriendo, con paciencia y de buen grado, las cruces que queráis enviarme en el curso de mi vida. Concededme, Jesús mío, la gracia de hacerlo así.
SEXTA ESTACIÓN
La verónica enjuga el rostro a Jesús
Benigno Jesús mío, que os dignasteis imprimir vuestro santísimo Rostro en aquel lienzo con que os enjugó la Verónica; imprimid, os suplico, en mi alma la memoria continua de vuestras acerbas penas.
SÉPTIMA ESTACIÓN
Jesús cae en tierra por segunda vez
Oh Jesús mío, mis repetidas culpas os hicieron caer nuevamente en tierra bajo la Cruz. Ayudadme Vos a poner en práctica los medios eficaces para que no vuelva a caer en pecado.
OCTAVA ESTACIÓN
Jesús consuela a las mujeres de Jerusalén
Vos, Jesús mío, que consolasteis a las piadosas mujeres de Jerusalén, que lloraban al veros tan atormentado, consolad mi alma con vuestra misericordia, en la que únicamente quiero confiar y a ella corresponder.
NOVENA ESTACIÓN
Jesús cae en tierra por tercera vez
Por los tormentos que sufristeis, Jesús mío, caído por tercera vez bajo el peso de la Cruz, haced, os ruego, que ya no vuelva a caer en el pecado. Sí, Jesús mío, antes morir que volver a pecar.
DÉCIMA ESTACIÓN
Jesús es despojado de sus vestiduras
Vos, Jesús mío, que fuisteis despojado de vuestras vestiduras y amargado con hiel, despojadme de los afectos a las cosas de la tierra, y haced que aborrezca todo lo que tenga algún sabor de mundo y de pecado.
UNDÉCIMA ESTACIÓN
Jesús es clavado en la Cruz
Por los agudos dolores que padecisteis, Jesús mío, cuando con duros hierros fuisteis clavado de pies y manos en la Cruz, haced que yo crucifique siempre mi carne con espíritu de cristiana mortificación.
DUODÉCIMA ESTACIÓN
Jesús muere en la Cruz
Vos, Jesús mío, que después de tres horas de penosa agonía moristeis por mí en la Cruz, haced que muera yo antes que volver a pecar, y si he de vivir, que viva sólo para amaros y serviros fielmente.
DECIMOTERCERA ESTACIÓN
Jesús es bajado de la Cruz
Dolorosa Madre mía, ¡qué espada de dolor fue para Vos tener muerto en vuestros brazos a vuestro querido hijo Jesús! Alcanzadme que yo deteste siempre el pecado, causa de su muerte y de tanto dolor vuestro; que, en adelante viva como verdadero cristiano y me salve.
DECIMOCUARTA ESTACIÓN
Jesús es puesto en el sepulcro
Quiero estar como muerto para el mundo, siempre con Vos, Jesús mío; y, mientras viva, quiero vivir para Vos, para poder después gozar con Vos en el cielo del fruto de vuestra dolorosa pasión y muerte.
ORACIÓN FINAL
Oh Dios, que con la preciosa Sangre de vuestro Hijo unigénito habéis querido santificar el estandarte de la Cruz vivificadora, concedednos que los que se honran con la gloria de la santa Cruz gocen también siempre de vuestra protección. Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.
Por las intenciones del santo Padre:
Padrenuestro, Avemaría y Gloria