EJERCICIOS ESPIRITUALES. Día 28
Al comenzar cada día.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
ORACIÓN DE OFRECIMIENTO
DE SAN IGNACIO DE LOYOLA
Tomad, Señor, y recibid
toda mi libertad,
mi memoria,
mi entendimiento
y toda mi voluntad;
todo mi haber y mi poseer.
Vos me disteis,
a Vos, Señor, lo torno.
Todo es Vuestro:
disponed de ello
según Vuestra Voluntad.
Dadme Vuestro Amor y Gracia,
que éstas me bastan.
Amén.
Antes de comenzar la meditación, siguiendo el consejo de san Ignacio, “pide gracia a Dios nuestro Señor para que todas tus intenciones, acciones y operaciones sean puramente ordenadas en servicio y alabanza de su Divina Majestad.”
Se guarda unos segundos de silencio.
Se lee el punto de cada día, son sentencias cortas, para meditar y pensar. No leas apresurado.
San Ignacio recomienda la repetición de la meditación: Es conveniente a lo largo del día, volver sobre lo meditado.
DÍA 28.- LA CAÍDA DE PEDRO
Pedro amaba a Jesús.
Le había confesado públicamente por Hijo de Dios.
Lo vio transfigurado en el Tabor. Vio sus milagros.
Prometió no abandonarle, aunque los demás lo hiciesen.
Era ardoroso. Un poco pagado de su propio valor.
Se pone en la ocasión y cae.
Le niega hasta tres veces.
Cierto es que quien se pone en la ocasión, cae en ella.
¡Cuántos que no querían pecar, han caído y pecado!
Un espectáculo. Una lectura. Una mala compañía.
La ocasión no nos hace flacos. Demuestra que lo somos.
Apártate, apártate, de una mala ocasión, si no quieres caer.
***
Oh Jesús, una triste experiencia me enseña la verdad.
Dadme fortaleza para huir de las ocasiones peligrosas.
Yo haré de mi parte lo que pueda para apartarme de ella.
Para finalizar cada día.
CONSAGRACIÓN A LA VIRGEN
Bendita sea tu pureza
y eternamente lo sea,
pues todo un Dios se recrea
en tan graciosa belleza.
A Ti, celestial Princesa,
Virgen Sagrada María,
yo te ofrezco en este día
alma, vida y corazón.
Mírame con compasión,
no me dejes, Madre mía.
Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.
Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.
Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.
Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.
Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros.
Ave María Purísima, Sin Pecado Concebida.