EJERCICIOS ESPIRITUALES. Día 2
Al comenzar cada día.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
ORACIÓN DE OFRECIMIENTO
DE SAN IGNACIO DE LOYOLA
Tomad, Señor, y recibid
toda mi libertad,
mi memoria,
mi entendimiento
y toda mi voluntad;
todo mi haber y mi poseer.
Vos me disteis,
a Vos, Señor, lo torno.
Todo es Vuestro:
disponed de ello
según Vuestra Voluntad.
Dadme Vuestro Amor y Gracia,
que éstas me bastan.
Amén.
Antes de comenzar la meditación, siguiendo el consejo de san Ignacio, “pide gracia a Dios nuestro Señor para que todas tus intenciones, acciones y operaciones sean puramente ordenadas en servicio y alabanza de su Divina Majestad.”
Se guarda unos segundos de silencio.
Se lee el punto de cada día, son sentencias cortas, para meditar y pensar. No leas apresurado.
San Ignacio recomienda la repetición de la meditación: Es conveniente a lo largo del día, volver sobre lo meditado.
DÍA 2.- FIN DE LAS CREATURAS.
¿CÓMO TE SIRVES DE ELLAS?
No estás aquí para ser rico, para gozas de las creaturas.
Estas son un medio para salvarte.
No pueden ser tu fin.
Lejos de ti todo lo que pueda apartarte de tu salvación.
Abraza y sigue cuanto pueda contribuir a salvarte.
Vienes de Dios. Eres de Dios. Vas a Dios.
¿Piensas en ello?
Las cosas de acá pasan, dentro de poco no existirán.
Tu fin ha de durar para siempre.
¿Deseas ser siempre feliz?
El siempre no está en este mundo. Esta más allá.
Solo Dios es.
Solo Dios puede ser nuestro último fin.
Solo en Él está la verdadera dicha.
PIÉNSALO BIEN
***
¡Dios mío! ¡Cuán descaminado he ido hasta ahora!
Yo debía servirme de las cosas del mundo para salvarme.
Y solo me han servido de tropiezo.
Me arrepiento.
Para finalizar cada día.
CONSAGRACIÓN A LA VIRGEN
Bendita sea tu pureza
y eternamente lo sea,
pues todo un Dios se recrea
en tan graciosa belleza.
A Ti, celestial Princesa,
Virgen Sagrada María,
yo te ofrezco en este día
alma, vida y corazón.
Mírame con compasión,
no me dejes, Madre mía.
Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.
Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.
Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.
Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.
Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros.
Ave María Purísima, Sin Pecado Concebida.