COMENTARIO AL EVANGELIO CATENA
AUREA
LUNES DE LA IV SEMANA DE CUARESMA
Forma extraordinaria del Rito Romano
Comentario de San
Agustín, in Ioannem, tract.10
Tal es nuestro Dios y Señor, excelso
para hacernos, humilde para regenerarnos; mientras anda entre los hombres,
sufre las debilidades humanas y esconde su divinidad. He aquí que tiene Madre,
parientes y discípulos. Y los hermanos proceden de donde procede la madre,
porque la Sagrada Escritura suele llamar hermanos, no sólo a los que nacen de
una misma madre o de un mismo padre, sino de una misma familia, como sucede con
los primos y los sobrinos. ¿De dónde pudo el Señor tener hermanos? María no
alumbró más que una vez. ¿Cómo creer otra cosa, si en ella empezó la dignidad
de las vírgenes? Abraham era tío paterno de Lot ( Gén 12), y Jacob tuvo por tío
materno a Labán, de Siria ( Gén 28), y sin embargo se llamaban hermanos ( Gén
13).
Se concedió a aquel pueblo el
ofrecimiento de estos sacrificios por ser muy carnal, con el fin de que no se
dedicase al culto de los ídolos; por esto sacrificaban bueyes, ovejas y
palomas.
Y Aquél que sería más adelante
azotado por los judíos, los azotó antes. Por esto sigue: "Y haciendo de
cuerdas una especie de látigo, los echó a todos del templo", etc.
Aquel templo no era otra cosa
más que una figura, y el Señor arrojó a todos los que venían allí a traficar.
¿Y qué es lo que allí vendían? Lo que los hombres necesitaban para los
sacrificios de aquellos tiempos. ¿Qué hubiera dicho si allí hubiera encontrado
borrachos? Si no debe hacerse negociación ninguna en la casa del Señor, ¿deberá
hacerse casa de bebidas?
Es comido también por el celo
de la casa de Dios aquél que se esfuerza por enmendar todo lo malo que en ella
encuentra, y si no puede enmendarlo, lo tolera, pero se aflige. Por lo tanto,
si te esfuerzas porque en tu casa nada malo se haga, en la casa de Dios, donde
se encuentra la salvación, ¿deberás tolerar, en lo que de ti dependa, si algo
malo encuentras? Si es un amigo, se le advierte con prudencia; si es tu mujer,
repréndela con severidad; haz todo lo que puedas y según sea la persona que
tengas a tu cargo.
Los que venden en la Iglesia
son los que buscan lo que les agrada y no lo que le agrada a Jesucristo,
haciéndolo todo vendible, porque quieren ser pagados. Simón Mago quiso comprar
la gracia del Espíritu Santo, porque se proponía venderla. Era de aquellos que
vendían palomas, porque el Espíritu Santo apareció en forma de paloma; pero la
paloma no se vende, se da gratis, porque se llama gracia.
Se entienden por bueyes los
apóstoles y los profetas que nos prepararon las Sagradas Escrituras. Y aquellos
que engañan a los pueblos, de quienes esperan recibir honores con estas mismas
Escrituras, venden los bueyes y venden las ovejas, esto es, a los mismos
pueblos. ¿Y a quién los venden sino al diablo? Todo lo que se separa de la
única Iglesia, ¿quién lo recibe sino el león rugiente que por todas partes
ronda, buscando a quien devorar, según dice San Pedro? ( 1Pe 5,8).
El Señor nos dio a conocer todo
esto cuando hizo aquel látigo de retazos de cordel y azotó a todos los que
negociaban en el templo. Además, cada uno añade a sus pecados, una nueva
malicia cuando comete esta clase de faltas, mas cuando los hombres sufren algo
por sus pecados, reconozcan que el Señor hace como un azote de varios cordeles,
y aun les advierte que muden de vida, porque si no, en el final oirán aquellas
palabras: "Atadle de pies y manos" ( Mt 22,13).
Lo resucitó su Padre en realidad,
a quien se dice en los salmos: "Levántame y volveré a ellos" ( Sal
40,11). Pero ¿qué hizo el Padre sin el Verbo? Por lo tanto, lo mismo que el
Padre resucita al Hijo, Este resucita también, porque el Hijo había dicho:
"Yo y el Padre somos uno solo" ( Jn 10,30).
Aunque el Señor tomó su
cuerpo de la descendencia de Adán, no tomó su pecado; de él tomó el templo de
su cuerpo, pero no la maldad, que había de arrojar de ese templo. Si se
combinan cuatro nombres griegos: anatole, que quiere decir Oriente, dysis, que
quiere decir Occidente, arctos, que quiere decir Norte, mesembria, que quiere
decir Sur, tenemos las letras que forman el nombre de Adán 3. Se dice que el
Señor habrá de reunir a sus escogidos de los cuatro vientos de la tierra cuando
venga el día del juicio. Las letras del nombre de Adán tienen este número,
según los griegos, y allí se ve que el templo ha sido edificado en cuarenta y
seis años. Tiene Adán, a que es uno y d que es cuatro, a que es uno y m que es
cuarenta. Y así tenemos los cuarenta y seis. Los judíos, como eran carnales,
todo lo interpretaban en sentido material, y Jesús habla en sentido espiritual;
mas nos dio a conocer de qué templo hablaba por medio del Evangelista. Sigue,
pues: "Mas él hablaba del templo de su cuerpo".