DÍA ONCE
I. Las francesillas
1. Las francesillas si bien no son plantas aromáticas, pero tienen gran
estima y ocupan un lugar preferente en todos los jardines bien ordenados.
A excepción del perfume, reúne muchas cualidades propias de una flor en
grado muy alto: belleza y variedad en los colores, pequeña, pero
muy apiñada en sus hojas.
II. La religión
2. La francesilla tiene un bollo de pequeñas raíces, y por aquí se
alimenta; sube encapullada sobre un palito recto y en esto nos dice que
pertenece a la familia de la justicia. Sube recta, y forzada por el peso
de sus hojas, se inclina hacia el Sol de justicia. Sube recta hacia Dios y
da a Dios el tributo de honor, de gloria, de amor, de obediencia y
sumisión que le es debido. Religión es una virtud por la que el hombre
da al verdadero Dios el culto que le es debido… La devoción, la
oración, las preces y súplicas, el canto de himnos y salmos, el
sacrificio, las ofrendas y oblaciones, los juramentos, votos y
promesas, nuestras funciones religiosas, la erección de templos y
altares, todo esto pertenece a esta virtud: es religioso elque la tiene.
III. La religión en María
3. María pagó a la justicia divina el tributo de amor, de adoración,
de obediencia, que le debía; pagó no sólo por ella,sino por todos los hombres.
Al pie de la cruz ofreció en sacrificio voluntario a su Hijo y a sí misma.
4. ¿Debes a Dios alguna cosa? ¡Ay! mucho y muchísimo. Le debes
primeramente amor, le debes honor, le debes acción de gracias, le debes
obediencia, respeto, oración, alabanzas y súplicas… se lo pagas, ¿y se lo
pagas bien? Medítalo… ¿Das a Dios aquel homenaje de obsequios que
le es debido? Examina bien tu conciencia: da un paseo por el jardín
de tu alma, y mira cómo están las francesillas, mira cómo pagas a Dios
estos tributos. De entre medio de una planta que parece una yerba
despreciable sube sobre un palillo un botón, y revienta la flor.
No basta tengas escondidos allá en los adentros tus
buenos sentimientos religiosos: vean tus obras buenas, y glorificarán los
prójimos a tu Padre que está en los cielos: has de dar de ellos un
testimonio público; así te lo pide la religión.
Toma tus francesillas y porque no tienen olor, pon en medio de ellas a
la reina de las flores, la rosa, y ponla en las manos de nuestra jardinera
María, y le dirás:
Presentación de la flor
ORACIÓN.
Señora:
Recibid estas mis flores; aceptad estos mis propósitos. Yo me obligo a dar
un público, sincero, inequívoco y fiel testimonio de amor, de respeto, de
obediencia, de gratitud, de adoración a mi Dios en los tiempos y
en todas las circunstancias que la religión me lo prescribe. Recibid,
hortelana mía, recibid estas mis resoluciones; a vuestro cuidado fío las
francesillas.