“ÉXODO.” Reflexión diaria acerca de la Palabra de Dios.
EL
acontencimiento fundante de la historia de Israel es la experiencia del Éxodo.
Anualmente, en la primera luna nueva de primavera, el pueblo de Israel renueva
gozasamente el hecho de la liberación de Egipto que Dios ha obrado en favor
suyo.
Dicen los escrituristas,
que la fórmula Dt 26,5-9 es como el Credo del pueblo de Israel: “Mi padre fue
un arameo errante y descendió a Egipto y residió allí, siendo pocos en número;
pero allí llegó a ser una nación grande, fuerte y numerosa. Y los egipcios nos
maltrataron y nos afligieron y pusieron sobre nosotros dura servidumbre. Entonces
clamamos al SEÑOR, el Dios de nuestros padres, y el SEÑOR oyó nuestra voz y vio
nuestra aflicción, nuestro trabajo y nuestra opresión; y el SEÑOR nos sacó de
Egipto con mano fuerte y brazo extendido, con gran terror, con señales y
milagros; y nos ha traído a este lugar y nos ha dado esta tierra, una tierra
que mana leche y miel.”
La liberación
de Egipto, el paso del mar Rojo, el camino por el desierto durante cuarenta
años, la alianza en el Sinaí y la
conquista de la tierra eran anuncio y figura de la Pascua cristiana: donde Nuestro Señor
Jesucristo nos libra de la esclavitud del pecado, nos constituye en el nuevo
pueblo de Dios, nos alimenta en el camino de la vida con su gracia a través de
los sacramentos y nos da la posibilidad de entrar en la Tierra Prometida que es
el cielo.
Para
nosotros celebrar la pascua es una invitación a renovar la conciencia de que
hemos y somos liberados por Cristo y a ser fieles al Dios que se nos ha
manifestado como amor teniendo la conciencia de peregrinos que vamos hacia
nuestra verdadera patria.