DÍA 15
EL CORAZÓN DE JESÚS ES CORAZÓN DEL BUEN PASTOR
UN MES EN LA ESCUELA
DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
San Enrique de Ossó
Por la señal, etc…
¡Viva Jesús. Muera el pecado. Sea por siempre alabado el Corazón de Jesús Sacramentado!
Oración inicial
Yo te adoro, Corazón Sacratísimo de mi Jesús, y te amo con todo mi corazón, con toda mi alma y con todas mis fuerzas, y me pesa de haberte ofendido, porque eres bondad infinita y me amas con inmenso amor. En ti, Corazón Sacratísimo, están reunidas todas las maravillas de la naturaleza, de la gracia y de la gloria; todas las virtudes y dones esparcidos por todas las criaturas; todos los tesoros de la sabiduría, bondad, ternura y ciencia de Dios. Tú eres el huerto cerrado, el horno de fuego, el arca de Dios, la vara florida, el maná del cielo, la fuente de todas las gracias y consuelos, las delicias de la Beatísima Trinidad. De tu corazón amantísimo, oh Jesús mío, recibieron el celo los Apóstoles, la sabiduría los Doctores, la pureza las Vírgenes, la fortaleza los Mártires, la paciencia los Confesores, la victoria los tentados, el valor los débiles, la alegría los Ángeles, el terror los demonios, la gloria el mismo Dios. Bienaventurado el que te ama, te honra y te sirve, porque tiene escrito su nombre en tu Divino Corazón.
¡Oh Corazón Santísimo de Jesús! da lumbre a mi entendimiento y afectos ardorosos a mi corazón para que aprenda en esta tu Escuela la virtud del sacrificio, y sobre todo tu mansedumbre, humildad e inmensa caridad, y que conozca y haga en todas las cosas tu santísima voluntad. ¡Oh Corazón Inmaculado de María! ¡Santos, Ángeles y justos del cielo y tierra! prestadme vuestros encantos amorosos para honrar y desagraviar debidamente al Dios de mi corazón y al corazón de mi Dios. Amén.
Hágase la meditación correspondiente al día.
DIA DECIMOQUINTO
El Corazón de Jesús es corazón del buen pastor
Composición de lugar. Represéntate a Jesús rodeado de innumerables almas, que las regala y les dice:"Yo soy el buen Pastor".
Petición. Dame, Jesús mío, que siempre sea oveja dócil de tu manada, la más querida de tu corazón, y que siempre oiga tu voz.
Punto primero. "Yo soy el buen Pastor, dice Jesús, que da la vida por sus ovejas, que las lleva a los pastos de salud, que las protege, defiende y regala... Yo soy el buen Pastor, que entra por la puerta, y oyen las ovejas mi voz, y las llamo a cada una por su nombre y las llevo a pacer y voy delante de ellas y las ovejas me siguen porque conocen mi voz... Yo soy el buen Pastor, la puerta de las ovejas... Yo soy el buen Pastor, que viene para que tengan vida mis ovejas, y vida más abundante... Yo soy el buen Pastor, y conozco a mis ovejas, y mis ovejas me conocen... Yo soy el buen Pastor, que tengo otras ovejas que no son de este redil; y conviene traerlas, y oirán mi voz, y se hará un solo redil y un solo pastor". Con estas regaladísimas palabras parécenos ver al corazón de Cristo Jesús como se dilata y se recrea y se goza repitiendo que él es el buen Pastor. Así como no hay otro tan padre como Jesús, así tampoco hay ninguno tan buen Pastor. Vedle saltando los montes y traspasando los collados para hacer su oficio de pastor. Baja del cielo y se viste de pastor en el seno de una Virgen en Nazaret. Sale vestido de pastor, y ¡qué pastorcito tan agraciado! no han visto ni verán jamás las más lindas zagalas otro igual en los siglos... Sale vestido de pastorcito, y es presentado en el Templo, y marcado con la marca de sus ovejas, y huye a Egipto, y vuelve a su patria, y trabaja y anda y se ensaya en su oficio de pastor.
Deja las noventa y nueve ovejas en el aprisco y va en busca de la descarriada y al hallarla la lleva otra vez sobre sus hombros a su redil, lleno de gozo... Mírale cargado a este divino y gallardo pastor Jesús, lleno de gozo con la oveja descarriada, que se llama unas veces Samaritana, otras Zaqueo, o Magdalena, o Mateo, o mil otros... Contémplale llorando a tan Divino Pastor a la vista de las ovejas extraviadas de Jerusalén, porque rechazaban sus silbos amorosos, sus voces, sus amenazas... Mírale discurriendo sin descanso por todas las villas, ciudades y aldeas y montes de Judea, para recoger las ovejas perdidas... ¡Cómo trabaja todo el día y se fatiga, y la noche pasa en oración rogando al Padre para que envíe más pastores!... Pondera cómo clama al ver tantas gentes como ovejas sin pastor: Misereor super turbas: Tengo compasión de estas turbas, porque son a mis ojos como manadas de ovejas sin pastor... Contémplale, por fin, después de haber cumplido su misión divina sobre la tierra, cómo este pastor de las almas se sube a un árbol encumbrado, y allí extiende sus brazos, y deja abrir su pecho, del amor muy lastimado, y da su vida, y derrama toda su sangre, y se queda en alimento, y deja los pastos de salud en vida, doctrina y carne, todo para salud y vida, recreo y salvación de sus ovejas. ¡Oh buen Pastor, Cristo Jesús mío! ¡Oh! ¡nadie tan buen Pastor como Tú, mi Jesús! Tú solo, Jesús mío, eres el verdadero Pastor de las almas, que das la vida por tus ovejas... A ti solo siga mi alma, ame y adore con todo mi corazón. Amén.
Punto segundo. Entremos en el corazón amoroso de tan Divino Pastor, y midamos si es posible la profundidad, latitud y longitud, la extensión de la caridad que arde en su pecho para la salvación de sus ovejas, que son las almas. Aun en la cruz no se olvida de su oficio de buen Pastor, y olvida sus trabajos para introducir en su redil a la oveja descarriada del buen ladrón... Apenas muere se convierte el Centurión, y los soldados se dan golpes de pecho y confiesan que verdaderamente era Hijo de Dios... Contémplale en el cielo, y allí sentado a la diestra del Padre le verás cómo muestra sus llagas y pide por nuestro amor... Mírale en la Eucaristía de día y de noche ofreciéndose al Padre como víctima, a los hombres como alimento y consolador... Encerrado está en verdad y como muerto este Pastor en el Sagrario, pero tiene la lengua libre, y de continuo vocea a sus ovejas... ¿Qué son los remordimientos y los buenos pensamientos sino silbos de este amoroso Pastor?... Tiene las manos libres, y derrama sus tesoros de gracias. Tiene sobre todo su corazón libre y de continuo clama y bate las puertas de todos los corazones diciendo: Ábreme, hermana mía, ovejita mía... ¿No me conoces?, ¿no conoces mi voz?... Soy tu Jesús, a quien persigues, dice a los malos como Saulo. Volved, prevaricadores, al corazón, dice a los pecadores. Dame, hija mía, tu corazón, dice a las almas perfectas. Y a todos: yo soy Jesús, el buen Pastor, que estoy a las puertas de vuestro corazón día y noche, y llamo... Abridme, porque el que me abra cenará conmigo en las praderas de eterna flor vestidas de la gloria, y no temerá al lobo infernal, ni podrán dañarle los pastos venenosos, ni temerá la muerte, porque yo seré su vida y su pasto, su gloria y su Pastor eterno.
¡Oh Corazón de Jesús! ¡Pastor y pasto, vida y dulzura de las almas! haz que siempre siga tu voz, y sea ovejita tuya la más regalada y más fiel en amarte y seguirte. Amén.
Afectos. ¡Oh buen Pastor mío Cristo Jesús! Yo sé que tú me amas, y que amas a todas tus ovejas, porque por todas y por cada una de ellas has dado la vida como buen Pastor; pero también sé que tienes tus ovejitas predilectas, y que éstas más cerca de Ti están, como Juan el discípulo amado y a éstas más regaladas y les das bocadillos más sabrosos, y las tratas con más fino amor... Yo quiero ser de tus ovejitas, Jesús mío; mas quiero ser de aquellas más allegadas a ti, que forman las delicias de tu corazón, que son las que más te aman y son amadas de Tt... Ya sé, oh buen Pastor, y lo reconozco y lloro, que yo he sido por algún tiempo oveja descarriada, que contristé tu buen corazón, que erré buscando pastos de salud en el vicio, y solo hallé veneno; pero el mal está hecho ya, y aquí me tienes deseosa de reparar el tiempo perdido probándote mejor mi amor... Acuérdate, Pastor mío, que me buscaste y te cansaste buscándome y por fin me hallaste y me volviste a ti... Acuérdate del gozo grande que yo di a tu corazón y al cielo cuando me convertí, porque oí y seguí tu voz... Por este gozo, Jesús mío, hazme la gracia de andar siempre cerca de ti, a tu lado, y de ser la más enamorada de tu corazón... Si yo no lo merezco, lo mereces tú, oh buen Pastor, para que brille más en mí tu misericordia, y este ejemplo mueva a otros corazones a amarte y servirte... Olvida lo pasado, oh tú, Pastor todo bondad, todo misericordia y no me dejes más en manos de mi propio consejo... Introdúceme y guárdame en tu corazón hasta verte en el reino de tu gloria. Amén.
Jaculatoria. Jesús, Pastor de las almas, multiplicad y enviadnos, sabios y santos sacerdotes.
Obsequio. Rogad todos los días a Jesús que envíe pastores según su corazón a su Iglesia.
EJEMPLO
La venerable sor Mariana, religiosa terciaria del padre san Francisco, empleándose con gran caridad por el amor de Jesús en servicio de los pobre enfermos de Toledo, vio un día aparecer a su amado Jesús muy fatigado, el rostro encendido, sudado copiosamente en forma de pastor, cargado con una oveja sobre sus espaldas y con un cayado en una mano cuyo remate era una cruz. Conmovida y humillada la venerable religiosa a la vista del amado de su alma, postrose a los pies del buen Pastor confesando ser ella aquella oveja descarriada, y la causa de sus trabajos y sudores al buscarla y cargarla sobre sus hombros con tanta solicitud, cuidado y amor. "Consuélate, hija mía, le respondió el amantísimo Jesús con dulzura, que tu buen Padre y Pastor ha salido en busca de ti, y hallándote te cuida con gran benevolencia. ¡Oh! ¡cuánto me afligen aquellas almas que, llamadas con silbos amorosos, con suaves inspiraciones y perseguidas por las tribulaciones, con todo no quieren rendirse a mi voz ni volver a mis brazos de Padre amorosísimo!" A tan justos lamentos, Mariana sentíase desfallecer, cuando el buen Pastor, viendo la aflicción de su predilecta, sentose a su lado y poniéndose la oveja sobre sus rodillas empezó a contarle con cuánto gusto se había fatigado y padecido por la salud de las almas. Siete horas duró la visión, pareciéndole había transcurrido en un momento; encontrándola después otra religiosa compañera suya, postrada en el suelo y toda cubierta de sudor.
Oración final
Gracias infinitas te doy, Jesús mío de mi alma, porque te has dignado admitirme en este día a la escuela de tu adorable corazón, y por haberme enseñado con tu ejemplo a amar y servir a Dios con todo mi corazón, con toda mi alma, con todas mis fuerzas mostrándome prácticamente la hermosura de la virtud y la fealdad del vicio. Yo te prometo con la ayuda de tu gracia practicar con las obras lo que tú me enseñas con la palabra y el ejemplo, y presentarme mañana al volver a tu divina escuela, escuela del corazón, escuela de amor, muchos actos de vencimiento, de amor, de sacrificio... amándote por los que no te aman, adorándote por los que no te adoran, y glorificándote por los que te agravian. ¡Oh Corazón misericordiosísimo de Jesús! Convertid a todos los pecadores, dad perseverancia a todos los justos, libertad a todas las almas del purgatorio, para que no formemos todos los hombres más que un solo corazón y una sola alma que os adore, os ame, os reverencie, os sirva y os glorifique como vos queréis y merecéis en el tiempo y por toda la eternidad. Amén.
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Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.
Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.
Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.
San Enrique de Ossó, ruega por nosotros.
Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.
Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros.
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Ave María Purísima, sin pecado concebida.