Capítulo 2
SINCERO CONCEPTO DE SÍ MISMO.
CONSEJOS ÚTILES PARA LA VIDA ESPIRITUAL
Libro primero De la imitación de Cristo
ORACIONES PARA COMENZAR TODOS LOS DÍAS:
+Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Dispongámonos a hacer este momento de oración, elevando a Dios nuestro pensamiento y nuestro corazón; y hagamos un acto de fe, esperanza y caridad:
ACTO DE FE, ESPERANZA Y CARIDAD
Creo en Dios Padre; Creo en Dios Hijo; Creo en Dios Espíritu Santo; Creo en la Santísima Trinidad; Creo en mi Señor Jesucristo, Dios y hombre verdadero.
Espero en Dios Padre; Espero en Dios Hijo; Espero en Dios Espíritu Santo; Espero en la Santísima Trinidad; Espero en mi Señor Jesucristo, Dios y hombre verdadero.
Amo a Dios Padre; Amo a Dios Hijo; Amo a Dios Espíritu Santo; Amo a la Santísima Trinidad; Amo a mi Señor Jesucristo, Dios y hombre verdadero. Amo a María santísima, madre de Dios y madre nuestra y amo a mi prójimo como a mí mismo.
Amo a San José, a los ángeles y a mis hermanos los santos, particularmente a mis santos patrones y protectores. Amo a los que me aman, mis familiares y amigos, amo a los que me odian y a los que les soy molesto o indiferente. Amo a los que he hecho mal o he inducido a pecar. Pido para ellos y para mí, las gracias necesarias para la salvación. Amén.
Capítulo 2
SINCERO CONCEPTO DE SÍ MISMO.
1. Todas las personas, por supuesto, buscan tener conocimientos; pero ¿de qué sirve la ciencia sin el respeto a Dios? Con seguridad es mejor el campesino humilde sirviendo a Dios que el engreído intelectual que estudia el Cosmos olvidando el propio conocimiento. El que bien se conoce a sí mismo acepta sus limitaciones y no se complace con las alabanzas que le puedan dirigir. Si conociera todo lo que existe en el mundo pero no viviera en el amor, ¿de qué me serviría ante Dios que tendrá que juzgarme por mis actos?
2. Tranquiliza tus deseos de saber demasiado porque a veces hay en ellos gran estorbo y engaño. A los intelectuales les gusta hacerse notar y aparecer como sabios. El conocimiento de ciertas cosas poco o nada aprovecha al espíritu y es ignorante quien prefiere atender a ellas descuidando las que sirven a su salvación. La abundancia de palabras no sacia el alma pero la vida honesta refresca la mente y la conciencia pura nos da gran confianza en Dios.
3. Mientras más y mejor conozcas serás más seriamente juzgado, si no vives santamente. No te creas superior a otros por la habilidad que tengas en cualquier arte o ciencia sino más bien teme por los conocimientos que te dieron. Si consideras que muchas cosas sabes y que las entiendes suficientemente considera igualmente que son muchas más las que no conoces. "Así que no seas soberbio y anda con cuidado" (Rm 11, 20) más bien confiesa tu gran ignorancia. ¿A quién te vas a preferir habiendo tantos maestros y expertos en las normas mejores que tú? Si quieres aprender y saber algo verdaderamente útil esfuérzate porque no te conozcan ni te consideren.
4. Ésta es una profunda y utilísima lección: el auténtico conocimiento y la justa valoración de sí mismo. Gran sabiduría y perfección es pensar bien reconociendo lo bueno de los demás y ver las propias limitaciones. Si vieras a alguien pecar públicamente o perpetrar graves delitos no deberías estimarte mejor que él ya que tú mismo ignoras por cuánto tiempo más podrás comportarte correctamente. Todos somos frágiles pero tú no consideres a nadie más frágil que a ti mismo.
PARA FINALIZAR TODOS LOS DÍAS
Concluyamos nuestra oración recitando las preces de las letanías del santo nombre de Jesús.
PRECES DE LAS LETANÍAS
DEL SANTO NOMBRE DE JESÚS
Jesús, óyenos. Jesús, óyenos
Jesús, escúchanos. Jesús, escúchanos
Sednos propicio, perdónanos, Jesús
Sednos propicio, escúchanos, Jesús
De todo mal, líbranos, Jesús
De todo pecado, líbranos, Jesús
De tu ira, líbranos, Jesús
De las asechanzas del demonio, líbranos, Jesús
Del espíritu impuro, líbranos, Jesús
De la muerte eterna, líbranos, Jesús
Del menosprecio de tus inspiraciones, líbranos, Jesús
Por el misterio de tu santa encarnación, líbranos, Jesús
Por tu natividad, líbranos, Jesús
Por tu infancia, líbranos, Jesús
Por tu divinísima vida, líbranos, Jesús
Por tus trabajos, líbranos, Jesús
Por tu agonía y pasión, líbranos, Jesús
Por tu cruz y desamparo, líbranos, Jesús
Por tus sufrimientos, líbranos, Jesús
Por tu muerte y sepultura, líbranos, Jesús
Por tu resurrección, líbranos, Jesús
Por tu ascensión, líbranos, Jesús
Por tu institución de la santísima eucaristía, líbranos, Jesús
Por tus gozos, líbranos, Jesús
Por tu gloria, líbranos, Jesús
Oremos:
Señor nuestro Jesucristo, que dijiste: pedid y recibiréis, buscad y encontraréis, llamad y os abrirán; te suplicamos nosotros que pedimos la ternura de tu divino amor, que, amándote de palabra, de obra y de todo corazón, nunca dejemos de bendecir tu santo nombre.
Haz, Señor, que reine siempre en nosotros un temor respetuoso y un amor ardiente a tu santo nombre; ya que tu providencia no abandona jamás a los que has establecido en la solidez de tu amor. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
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Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.
Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.
Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.
Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.
Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros.
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¡Querido hermano, si te ha gustado esta meditación, compártelo con tus familiares y amigos.
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Ave María Purísima, sin pecado concebida.