17 DE MAYO
Los dolores de Nuestra Señora
(1)
MARIA,
Regina
Martyrum,
REINA DE LOS MARTIRES
¿Por qué es llamada así María,
que jamás recibió ni golpe ni herida, ni ofensa alguna en su persona sagrada?
¿Cómo puede ser ensalzada sobre aquellos cuyos cuerpos sufrieron las más
atroces violencias y los tormentos más agudos por amor a nuestro Señor? María
es, en verdad, Reina de los Santos, Reina de los que “andan con Cristo,
vestidos de blanco, porque son dignos de Él”; más, ¿Por qué es Reina de los que
“fueron muertos por la palabra de Dios y por el testimonio que de ella dieron"?
Para responder a esta pregunta
hay que recordar que los dolores del alma pueden ser tan terribles como los del
cuerpo. Los malos que están ahora en el infierno y los elegidos de Dios que
están en el purgatorio, padecen únicamente en sus almas, porque sus cuerpos
están todavía en el polvo, y, sin embargo ¡cuán duro es este sufrimiento! Y,
tal vez, muchos de nosotros sobre todo los que han vivido mucho tiempo, podrán
afirmar que aun en la absoluta ausencia de todo dolor físico, hay sentimientos
aplastantes, que atraviesan como una espada.
¡Qué horror tan espantoso debió
penetrar la Virgen María durante la pasión y la crucifixión de su Hijo! Su
angustia fue una espada que atravesó su alma, tal como Simeón se lo había
anunciado en el momento de la Presentación en el Templo. Si el mismo nuestro
Señor no podía soportar la perspectiva de los dolores que le aguardaban sin que
le inundase un sudor de sangre ¿no podemos deducir de aquí cuán grande puede
ser el dolor mental? ¿Y nos hemos de maravillar de que el espíritu y el corazón
de María quedasen triturados bajo la cruz de su Hijo?
María, es por tanto, verdadera
Reina de los Mártires.
Beato John Henry Newman
Transcripto
por gentileza de Dña. Ana María Catalina Galvez Aguiló