ROSARIO DE LOS EMIGRANTES
E ITINERANTES
PONTIFICIO CONSEJO PARA LA PASTORAL
DE LOS EMIGRANTES E ITINERANTES.
Santo Rosario
Por la señal…
Señor mío Jesucristo.
MISTERIOS GOZOSOS
1.- La anunciación y encarnación.
«El
ángel le dijo: “… Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo y le pondrás
por nombre Jesús”» (Lc 1, 30-31).
Oremos por los gitanos, para que,
siguiendo el ejemplo de María, dóciles a la acción del Espíritu Santo y con la
ayuda de los cristianos comprometidos en su mundo, comprendan el valor de su
vocación y de su misión en la Iglesia y en la sociedad.
2.-La Visitación de Nuestra Señora
“«En
aquellos días, María se puso en camino y fue aprisa a la montaña, a un pueblo
de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel» (Lc 1, 39-40).
Oremos en particular por los jóvenes
del mundo del Circo y de los Parques de Atracciones, para que sepan sacar del
rico patrimonio artístico y cultural de sus antepasados aquellos tesoros que
son el gozo y la alegría, y los sepan transmitir, a fin de manifestar a todos
la belleza y la bondad de Dios que resplandece en el rostro de Cristo.
3.-El nacimiento del Niño Dios en el
portal de Belén
«Y
mientras estaban allí le llegó el tiempo del parto y dio a luz a su hijo
primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no tenían
sitio en la posada» (Lc 2, 6-7).
Oremos por todos los estudiantes que
deciden continuar sus estudios en otro País, para que experimenten una acogida
fraternal, que les ayude a una integración humana y cristiana, que redunde en
un mayor beneficio para sus Naciones de origen.
4.-La purificación de Nuestra Señora y
presentación del Niño Jesús en el templo
«Cuando
llegó el tiempo de la purificación, según la ley de Moisés, llevaron a Jesús a
Jerusalén para presentarlo al Señor... Vivía entonces en Jerusalén un hombre
llamado Simeón, hombre honrado y piadoso... Impulsado por el Espíritu Santo fue
al templo. Cuando entraban con el Niño Jesús sus padres... Simeón lo tomó en
brazos y bendijo a Dios» (Lc 2, 22. 25. 27-28).
Oremos por la gente del mar de las
diferentes nacionalidades, lenguas, culturas y religiones, para que su
encuentro a bordo de las naves y en los puertos sea un encuentro entre hermanos
y hermanas, como hijos del único Dios, y una celebración de la riqueza de los
dones del Altísimo a todas las personas. Que bajo la guía del Espíritu Santo,
el encuentro pueda llevarles al descubrimiento gozoso de la presencia, en medio
suyo, de Cristo Redentor, Luz del mundo.
5.- El niño Jesús perdido y hallado en
el templo
«A los tres días, [sus padres] lo encontraron en el templo,
sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas...
“Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Mira que tu padre y yo te buscábamos
angustiados”. Él les contestó: “¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía
estar en la casa de mi Padre?”» (Lc 2, 46. 48-49).
Oremos, para que la práctica religiosa
de la peregrinación, vivida como una experiencia de fe en la oración y en el
encuentro con Dios en los sacramentos, suscite en el corazón de los fieles
gestos de caridad fraterna y los disponga a un renovado compromiso hacia el
Señor y hacia los hermanos en el camino de la vida de cada día.