Capítulo 20.2
AMOR A LA SOLEDAD Y AL SILENCIO.
CONSEJOS ÚTILES PARA LA VIDA ESPIRITUAL
Libro primero De la imitación de Cristo
ORACIONES PARA COMENZAR TODOS LOS DÍAS:
+Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Dispongámonos a hacer este momento de oración, elevando a Dios nuestro pensamiento y nuestro corazón; y hagamos un acto de fe, esperanza y caridad:
ACTO DE FE, ESPERANZA Y CARIDAD
Creo en Dios Padre; Creo en Dios Hijo; Creo en Dios Espíritu Santo; Creo en la Santísima Trinidad; Creo en mi Señor Jesucristo, Dios y hombre verdadero.
Espero en Dios Padre; Espero en Dios Hijo; Espero en Dios Espíritu Santo; Espero en la Santísima Trinidad; Espero en mi Señor Jesucristo, Dios y hombre verdadero.
Amo a Dios Padre; Amo a Dios Hijo; Amo a Dios Espíritu Santo; Amo a la Santísima Trinidad; Amo a mi Señor Jesucristo, Dios y hombre verdadero. Amo a María santísima, madre de Dios y madre nuestra y amo a mi prójimo como a mí mismo.
Amo a San José, a los ángeles y a mis hermanos los santos, particularmente a mis santos patrones y protectores. Amo a los que me aman, mis familiares y amigos, amo a los que me odian y a los que les soy molesto o indiferente. Amo a los que he hecho mal o he inducido a pecar. Pido para ellos y para mí, las gracias necesarias para la salvación. Amén.
Capítulo 20.2
AMOR A LA SOLEDAD Y AL SILENCIO.
4. Muchos que en opinión general eran considerados como los mejores han caído gravemente por su exagerada confianza en sí mismos. Por eso es tan útil que a las personas no les falten del todo las tentaciones y que con frecuencia se sientan acosadas para que no estén tan seguras de sí no vaya a ser que se crean superiores a los demás y desvergonzadamente resbalen hacia consuelos exteriores. Conservará la conciencia tranquila el que no ande detrás de satisfacciones inconsistentes y le dé a cada asunto la importancia que se merece. ¡Qué gran paz y tranquilidad poseerá quien sepa liberarse de preocupaciones poco serias, solamente piense en lo que es saludable y divino y establezca en Dios toda su esperanza!
5. Nadie merece experimentar la alegría de la comunicación con Dios si no se ejercita amorosamente hasta lograr el arrepentimiento que lo lleve a la conversión. Si quieres de verdad conmover tu corazón entra en tu habitación y excluye toda distracción, según está escrito: "Tiemblen, no pequen; reflexionen en su lecho" (Sal 4, 5). En tu propia habitación encontrarás lo que pierdes muchas veces al salir. El retiro frecuentado se hace agradable y el poco usado causa fastidio. Si al comienzo de tu conversión a Dios lo cultivas y defiendes con el tiempo será para ti querido amigo y gratísima experiencia.
6. En el silencio y la calma progresa el espíritu y se aprenden los secretos de la Palabra de Dios; ahí uno encuentra suficiente motivos de arrepentimiento por haberse comportado mal, purificándose así todas las noches, para que su Creador sea más cercano a él, mientras más apartado viva de todo lo que le ofende. A quien se retira de conocidos y amigos se le acerca Dios con sus santos Mensajeros. Es mejor permanecer retirado y tener cuidado de sí mismo que, descuidándose de sí, realizar obras impresionantes pero exteriores. Es una gran cosa que los religiosos salgan raras veces, traten de pasar desapercibidos y eviten fijarse demasiado en los demás.
PARA FINALIZAR TODOS LOS DÍAS
Concluyamos nuestra oración recitando las preces de las letanías del santo nombre de Jesús.
PRECES DE LAS LETANÍAS
DEL SANTO NOMBRE DE JESÚS
Jesús, óyenos. Jesús, óyenos
Jesús, escúchanos. Jesús, escúchanos
Sednos propicio, perdónanos, Jesús
Sednos propicio, escúchanos, Jesús
De todo mal, líbranos, Jesús
De todo pecado, líbranos, Jesús
De tu ira, líbranos, Jesús
De las asechanzas del demonio, líbranos, Jesús
Del espíritu impuro, líbranos, Jesús
De la muerte eterna, líbranos, Jesús
Del menosprecio de tus inspiraciones, líbranos, Jesús
Por el misterio de tu santa encarnación, líbranos, Jesús
Por tu natividad, líbranos, Jesús
Por tu infancia, líbranos, Jesús
Por tu divinísima vida, líbranos, Jesús
Por tus trabajos, líbranos, Jesús
Por tu agonía y pasión, líbranos, Jesús
Por tu cruz y desamparo, líbranos, Jesús
Por tus sufrimientos, líbranos, Jesús
Por tu muerte y sepultura, líbranos, Jesús
Por tu resurrección, líbranos, Jesús
Por tu ascensión, líbranos, Jesús
Por tu institución de la santísima eucaristía, líbranos, Jesús
Por tus gozos, líbranos, Jesús
Por tu gloria, líbranos, Jesús
Oremos:
Señor nuestro Jesucristo, que dijiste: pedid y recibiréis, buscad y encontraréis, llamad y os abrirán; te suplicamos nosotros que pedimos la ternura de tu divino amor, que, amándote de palabra, de obra y de todo corazón, nunca dejemos de bendecir tu santo nombre.
Haz, Señor, que reine siempre en nosotros un temor respetuoso y un amor ardiente a tu santo nombre; ya que tu providencia no abandona jamás a los que has establecido en la solidez de tu amor. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
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Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.
Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.
Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.
Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.
Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros.
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¡Querido hermano, si te ha gustado esta meditación, compártelo con tus familiares y amigos.
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Ave María Purísima, sin pecado concebida.