Capítulo 18.2.
EJEMPLO DE LOS PRIMEROS RELIGIOSOS
CONSEJOS ÚTILES PARA LA VIDA ESPIRITUAL
Libro primero De la imitación de Cristo
ORACIONES PARA COMENZAR TODOS LOS DÍAS:
+Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Dispongámonos a hacer este momento de oración, elevando a Dios nuestro pensamiento y nuestro corazón; y hagamos un acto de fe, esperanza y caridad:
ACTO DE FE, ESPERANZA Y CARIDAD
Creo en Dios Padre; Creo en Dios Hijo; Creo en Dios Espíritu Santo; Creo en la Santísima Trinidad; Creo en mi Señor Jesucristo, Dios y hombre verdadero.
Espero en Dios Padre; Espero en Dios Hijo; Espero en Dios Espíritu Santo; Espero en la Santísima Trinidad; Espero en mi Señor Jesucristo, Dios y hombre verdadero.
Amo a Dios Padre; Amo a Dios Hijo; Amo a Dios Espíritu Santo; Amo a la Santísima Trinidad; Amo a mi Señor Jesucristo, Dios y hombre verdadero. Amo a María santísima, madre de Dios y madre nuestra y amo a mi prójimo como a mí mismo.
Amo a San José, a los ángeles y a mis hermanos los santos, particularmente a mis santos patrones y protectores. Amo a los que me aman, mis familiares y amigos, amo a los que me odian y a los que les soy molesto o indiferente. Amo a los que he hecho mal o he inducido a pecar. Pido para ellos y para mí, las gracias necesarias para la salvación. Amén.
Capítulo 18. Segunda parte
EJEMPLO DE LOS PRIMEROS RELIGIOSOS
3. Durante el día trabajaban y se pasaban las noches orando y mientras trabajaban, no cesaban de orar mentalmente. Empleaban útilmente todo su tiempo y les parecía poco todo el tiempo que podían estar a solas con Dios y por gran dulzura que encontraban en la contemplación hasta llegaban a olvidarse de satisfacer las necesidades básicas de su naturaleza. Renunciaban a las riquezas, a los títulos y a los honores, a los amigos y familiares, no deseaban tener nada del mundo, apenas consumían lo necesario y hasta les molestaba atender sus necesidades vitales. Eran pobres, pues, en bienes materiales, pero muy ricos en gracia y virtudes. Externamente eran indigentes pero por dentro rebosaban de la predilección y el afecto sensible de Dios. Para el mundo eran ajenos pero eran muy cercanos y amigos íntimos de Dios. A sí mismos se consideraban como sin ningún valor y despreciados del mundo entero pero a los ojos de Dios eran preciosos y queridos. Eran ciertamente humildes y vivían obedeciendo con sencillez. En caridad y paciencia caminaban y por eso cada día progresaba su espíritu y obtenían grandes dones de Dios. Fueron propuestos como ejemplo para todos los religiosos y más nos deben animar a obrar bien que la multitud de los tibios a descuidarnos.
4. ¡Qué entusiasmo tuvieron todos los religiosos al comienzo de sus santas Instituciones! Cuánta devoción en la oración, cuánta emulación en la virtud qué gran cumplimiento de las normas, qué respeto y obediencia bajo las constituciones de los maestros, en todos florecía. Todavía quedan vestigios, para testificar que verdaderamente fueron santos y perfectos que supieron luchar con denuedo para lograr la victoria. Ahora parece gran cosa si uno no es transgresor y puede tolerar con paciencia lo que primero aceptó. ¡Qué tibieza y negligencia de nuestra condición que tan pronto declina nuestro entusiasmo inicial y nos da tedio vivir por la dejadez y tibieza!. Ojalá no se duerma en ti el interés por la virtud ya que tienes delante tantos ejemplos de santos.
PARA FINALIZAR TODOS LOS DÍAS
Concluyamos nuestra oración recitando las preces de las letanías del santo nombre de Jesús.
PRECES DE LAS LETANÍAS
DEL SANTO NOMBRE DE JESÚS
Jesús, óyenos. Jesús, óyenos
Jesús, escúchanos. Jesús, escúchanos
Sednos propicio, perdónanos, Jesús
Sednos propicio, escúchanos, Jesús
De todo mal, líbranos, Jesús
De todo pecado, líbranos, Jesús
De tu ira, líbranos, Jesús
De las asechanzas del demonio, líbranos, Jesús
Del espíritu impuro, líbranos, Jesús
De la muerte eterna, líbranos, Jesús
Del menosprecio de tus inspiraciones, líbranos, Jesús
Por el misterio de tu santa encarnación, líbranos, Jesús
Por tu natividad, líbranos, Jesús
Por tu infancia, líbranos, Jesús
Por tu divinísima vida, líbranos, Jesús
Por tus trabajos, líbranos, Jesús
Por tu agonía y pasión, líbranos, Jesús
Por tu cruz y desamparo, líbranos, Jesús
Por tus sufrimientos, líbranos, Jesús
Por tu muerte y sepultura, líbranos, Jesús
Por tu resurrección, líbranos, Jesús
Por tu ascensión, líbranos, Jesús
Por tu institución de la santísima eucaristía, líbranos, Jesús
Por tus gozos, líbranos, Jesús
Por tu gloria, líbranos, Jesús
Oremos:
Señor nuestro Jesucristo, que dijiste: pedid y recibiréis, buscad y encontraréis, llamad y os abrirán; te suplicamos nosotros que pedimos la ternura de tu divino amor, que, amándote de palabra, de obra y de todo corazón, nunca dejemos de bendecir tu santo nombre.
Haz, Señor, que reine siempre en nosotros un temor respetuoso y un amor ardiente a tu santo nombre; ya que tu providencia no abandona jamás a los que has establecido en la solidez de tu amor. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
***
Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.
Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.
Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.
Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.
Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros.
***
¡Querido hermano, si te ha gustado esta meditación, compártelo con tus familiares y amigos.
***
Ave María Purísima, sin pecado concebida.