Capítulo 20.1.
AMOR A LA SOLEDAD Y AL SILENCIO.
CONSEJOS ÚTILES PARA LA VIDA ESPIRITUAL
Libro primero De la imitación de Cristo
ORACIONES PARA COMENZAR TODOS LOS DÍAS:
+Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Dispongámonos a hacer este momento de oración, elevando a Dios nuestro pensamiento y nuestro corazón; y hagamos un acto de fe, esperanza y caridad:
ACTO DE FE, ESPERANZA Y CARIDAD
Creo en Dios Padre; Creo en Dios Hijo; Creo en Dios Espíritu Santo; Creo en la Santísima Trinidad; Creo en mi Señor Jesucristo, Dios y hombre verdadero.
Espero en Dios Padre; Espero en Dios Hijo; Espero en Dios Espíritu Santo; Espero en la Santísima Trinidad; Espero en mi Señor Jesucristo, Dios y hombre verdadero.
Amo a Dios Padre; Amo a Dios Hijo; Amo a Dios Espíritu Santo; Amo a la Santísima Trinidad; Amo a mi Señor Jesucristo, Dios y hombre verdadero. Amo a María santísima, madre de Dios y madre nuestra y amo a mi prójimo como a mí mismo.
Amo a San José, a los ángeles y a mis hermanos los santos, particularmente a mis santos patrones y protectores. Amo a los que me aman, mis familiares y amigos, amo a los que me odian y a los que les soy molesto o indiferente. Amo a los que he hecho mal o he inducido a pecar. Pido para ellos y para mí, las gracias necesarias para la salvación. Amén.
Capítulo 20. Primer parte
AMOR A LA SOLEDAD Y AL SILENCIO.
1. Busca tiempo apropiado para dedicarte a ti mismo y piensa frecuentemente en los beneficios que te concede Dios. Abandona las curiosidades. De preferencia, lee sobre asuntos que te estimulen más a la conversión que al entretenimiento. Si te sustraes de conversaciones superfluas, rodeos inútiles y de prestarle atención a novedades y murmuraciones, encontrarás tiempo suficiente y apto para entregarte a provechosas meditaciones. Algunos santos, siempre que podían evitaban la compañía de otras personas y preferían en secreto dedicarse a Dios.
2. Una persona llegó a decir: "las veces que estuve acompañado de otros hombres menos humano regresé" (Séneca Epst. 7). Esto lo experimentamos con frecuencia cuando hablamos demasiado. Es más fácil permanecer en casa que cuidarse suficientemente fuera de ella. Por eso, el que intenta acceder a los valores interiores y espirituales debe, con Jesús, apartarse de la turba. Ninguno se presenta con seguridad en público si no aprendió a pasar desapercibido voluntariamente. Ninguno habla con seguridad si no sabe callar cuando conviene. Ninguno se aventaja con seguridad si no se somete de buena gana. Ninguno da órdenes con seguridad si antes no aprendió bien a obedecer.
3. Ninguno se alegra con seguridad si no tiene dentro de sí el testimonio de buena conciencia. Porque siempre la seguridad de los santos se mantuvo llena del respeto a Dios y no por eso fueron menos cuidadosos y humildes aunque resplandecían por sus grandes virtudes y el afecto que Dios les mostraba. La seguridad de los malvados brota de su soberbia y presunción y al final se convierte en decepción hacia ellos mismos. Jamás te sientas del todo seguro en esta vida así parezcas un piadoso religioso o ermitaño.
PARA FINALIZAR TODOS LOS DÍAS
Concluyamos nuestra oración recitando las preces de las letanías del santo nombre de Jesús.
PRECES DE LAS LETANÍAS
DEL SANTO NOMBRE DE JESÚS
Jesús, óyenos. Jesús, óyenos
Jesús, escúchanos. Jesús, escúchanos
Sednos propicio, perdónanos, Jesús
Sednos propicio, escúchanos, Jesús
De todo mal, líbranos, Jesús
De todo pecado, líbranos, Jesús
De tu ira, líbranos, Jesús
De las asechanzas del demonio, líbranos, Jesús
Del espíritu impuro, líbranos, Jesús
De la muerte eterna, líbranos, Jesús
Del menosprecio de tus inspiraciones, líbranos, Jesús
Por el misterio de tu santa encarnación, líbranos, Jesús
Por tu natividad, líbranos, Jesús
Por tu infancia, líbranos, Jesús
Por tu divinísima vida, líbranos, Jesús
Por tus trabajos, líbranos, Jesús
Por tu agonía y pasión, líbranos, Jesús
Por tu cruz y desamparo, líbranos, Jesús
Por tus sufrimientos, líbranos, Jesús
Por tu muerte y sepultura, líbranos, Jesús
Por tu resurrección, líbranos, Jesús
Por tu ascensión, líbranos, Jesús
Por tu institución de la santísima eucaristía, líbranos, Jesús
Por tus gozos, líbranos, Jesús
Por tu gloria, líbranos, Jesús
Oremos:
Señor nuestro Jesucristo, que dijiste: pedid y recibiréis, buscad y encontraréis, llamad y os abrirán; te suplicamos nosotros que pedimos la ternura de tu divino amor, que, amándote de palabra, de obra y de todo corazón, nunca dejemos de bendecir tu santo nombre.
Haz, Señor, que reine siempre en nosotros un temor respetuoso y un amor ardiente a tu santo nombre; ya que tu providencia no abandona jamás a los que has establecido en la solidez de tu amor. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
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Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.
Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.
Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.
Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.
Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros.
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¡Querido hermano, si te ha gustado esta meditación, compártelo con tus familiares y amigos.
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Ave María Purísima, sin pecado concebida.