viernes, 3 de febrero de 2023

DÍA 3. NOVENA A LA VIRGEN DE LOURDES

NOVENA

A NUESTRA SEÑORA DE LOURDES

HOMENAJE AL PAPA BENEDICTO XVI

 

ORACIONES PARA COMENZAR TODOS LOS DÍAS:

 

+Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

ORACIÓN A NUESTRA SEÑORA DE LOURDES Oración del Venerable Pío XII

 

Dóciles a la invitación de tu voz maternal, oh Virgen Inmaculada de Lourdes, acudimos a tus pies en la humilde gruta donde aparecisteis para indicar a los extraviados el camino de la oración y penitencia, dispensando a los que sufren las gracias y prodigios de tu soberana bondad.

Recibid, oh Reina compasiva, las alabanzas y súplicas que pueblos y naciones, unidos en la angustia y la amargura, elevan confiados a Ti.

¡Oh blanca visión del paraíso, aparta de los espíritus las tinieblas del error con la luz de la fe!

¡Oh mística rosa, socorre las almas abatidas, con el celeste perfume de la esperanza!

¡Oh fuente inagotable de aguas saludables, reanima los corazones endurecidos, con la ola de la divina caridad!

Haz que nosotros tus hijos, confortados por Ti en las penas, protegidos en los peligros, apoyados en las luchas, amemos y sirvamos a tu dulce Jesús, y merezcamos los goces eternos junto a Ti. Amén

 

TERCER DÍA.

DE LA 3ª  A LA 6ªAPARICIÓN

El jueves 18 de febrero de 1858 tendrá lugar la tercera aparición. Bernardita le pregunta a la Virgen su nombre, y le ofrece papel y una pluma para que lo escriba. La Señora le dice: "Lo que tengo que comunicarte no es necesario escribirlo, hazme únicamente el regalo de venir aquí durante quince días seguidos".

Ante la aceptación de Bernardita, la Virgen contestó: “Yo también te prometo hacerte dichosa, no ciertamente en este mundo, sino en el otro". Palabras que anuncian los sufrimientos que la joven tendrá que pasar en este mundo, pero también la dicha de la que gozará en el cielo. Bienaventurados los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.

Benedicto XVI comentando el salmo 131 dice: “El juramento divino – y así también podemos entender las promesas de la Virgen- involucra, sin embargo, el compromiso humano y de hecho está condicionado por un «sí». A la promesa y al don de Dios, que no tiene nada de mágico, debe responder la adhesión fiel y activa del hombre en un diálogo que entrecruza dos libertades, la divina y la humana.

Y así se puede experimentar “los efectos estupendos del don del Señor como la fidelidad de Israel. Se experimentará, de hecho, la presencia de Dios en medio a su pueblo. Dios bendecirá las cosechas, preocupándose de los pobres para que puedan saciarse; extenderá su manto protector sobre los sacerdotes ofreciéndoles su salvación, hará que todos los fieles vivan en la alegría y en la confianza.

El rumor de las apariciones se esparció rápidamente y una gran multitud acudió a la gruta.

La cuarta aparición será el 19 de febrero de 1858. Una aparición breve y silenciosa. Bernardita llega a la Gruta con una vela bendecida y encendida. De aquel gesto nacerá la costumbre de llevar velas para encenderlas ante la Gruta.

La quinta aparición será el 20 de febrero. La Señora le enseña una oración personal. Al término de la visión, una gran tristeza invade a Bernardita, como anunciando la petición que la Virgen le hará al día siguiente, 21 de febrero, en la sexta aparición.

Bernardita de rodillas, observa el rostro de la Virgen entristecido. Bernardita le pregunta: ¿Qué le pasa?, ¿qué puedo hacer? La Virgen responde: "Rogad por los pecadores".

 

ORACIONES PARA TERMINAR TODOS LOS DÍAS

 

Pídase la gracia que se desea alcanzar por la intercesión de Nuestra Señora de Lourdes.

3 Avemarías

 

Consagración a la Virgen

de Santa Bernardita

Oh María, tú te convertiste en mi Madre en el colmo del dolor y de la prueba, por eso debo tener una gran y completa confianza en Ti.

 Cuando esté sujeto a la prueba de las criaturas y expuesto a la tentación y a la desolación de mi alma, vendré a refugiarme en tu Corazón, mi buena Madre, y te suplicaré que no me dejes perecer, que me concedas la gracia de ser sumiso y confiado en la prueba, siguiendo tu ejemplo, de sufrir con amor.

Que, como tú, yo permanezca al pie de la Cruz y clavado en la Cruz, si tal es el beneplácito de tu amado Hijo.

¡Jamás podrá perecer un hijo devoto de María! Madre mía, ten piedad de mí; me entrego enteramente a Ti, para que Tú me entregues a tu amado Hijo, a quien quiero amar con todo mi corazón.

Madre mía, dame un corazón ardiente por Jesús.

Amén.

***

Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.

Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.

Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.

Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.

Santa Bernardita Souburius, ruega por nosotros.

Todos los santos y santas de Dios,

rogad por nosotros.

***

Ave María Purísima, sin pecado concebida.