viernes, 11 de abril de 2025

12. JESÚS ANTE CAIFÁS. SAN PEDRO DE ALCÁNTARA

12

JESÚS ANTE CAIFÁS

 

 MEDITACIONES

SOBRE LAS VERDADES ETERNAS

Y LA PASIÓN DEL SEÑOR

PARA PEDIR EL AMOR DE DIOS 

San Pedro de Alcántara

 

ORACIÓN PARA COMENZAR

TODOS LOS DÍAS:

 

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Poniéndonos en la presencia de Dios, adoremos su majestad infinita, y digamos con humildad:

  

 “Omnipotente Dios y Señor y Padre mío amorosísimo, yo creo que por razón de tu inmensidad estás aquí presente en todo lugar, que estás aquí, dentro de mí, en medio de mi corazón, viendo los más ocultos pensamientos y afectos de mi alma, sin poder esconderme de tus divinos ojos.

    Te adoro con la más profunda humildad y reverencia, desde el abismo de mi miseria y de mi nada, y os pido perdón de todos mis pecados que detesto con toda mi alma, y os pido gracias para hacer con provecho esta meditación que ofrezco a vuestra mayor gloria… ¡Oh Padre eterno! Por Jesús, por María, por José y todos los santos enseñadme a orar para conocerme y conoceros, para amaros siempre y haceros siempre amar. Amén.”

 

Se meditan los puntos dispuestos para cada día.

 

12

JESÚS ANTE CAIFÁS

Del tratado de la oración y meditación

de san Pedro de Alcántara

 

Primeramente considera cómo de la primera casa de Anás llevan al Señor a la del Pontífice Caifás, donde será razón que lo vayas acompañando, y ahí verás eclipsado el sol de justicia y escupido aquel divino rostro en que desean mirar los ángeles. Porque como el Salvador, siendo conjurado por el nombre del Padre que dijese quién era, respondiese a esta pregunta lo que convenía, aquellos que tan indignos eran de tan alta respuesta, cegándose con el resplandor de tan grande luz volviéronse contra él como perros rabiosos y allí descargaron todas sus iras y rabias. Allí todos a porfía le dan bofetones y pescozones; allí le escupen con sus infernales bocas en aquel divino rostro; allí le cubren los ojos con un paño, dándole bofetadas en la cara, y juegan con él, diciendo (Mt.26,68; Lc.22,64); Adivina quién te dio. ¡Oh maravillosa humildad y paciencia del Hijo de Dios! ¡Oh hermosura de los ángeles! ¿Rostro era ése para escupir en él? Al rincón más despreciado suelen volver los hombres la cara cuando quieren escupir, ¿y en todo ese palacio no se halló otro lugar más despreciado que tu rostro para escupir en él? ¿Cómo no te humillas con este ejemplo, tierra y ceniza?

Después de esto, considera los trabajos que el Salvador pasó toda aquella noche dolorosa, porque los soldados que lo guardaban escarnecían de El (como dice San Lucas) y tomaban por medio para vencer al sueño de la noche estar burlando y jugando con el Señor de la Majestad. Mira, pues, oh ánima mía, cómo tu dulcísimo Esposo está puesto como blanco a las saetas de tantos golpes y bofetadas como allí le daban. ¡Oh noche cruel! ¡Oh noche desasosegada, en la cual, oh mi buen Jesús, no dormías, ni dormían los que tenían por descanso atormentarse! La noche fue ordenada para que en ella todas las criaturas tomasen reposo, y los sentidos y miembros cansados de los trabajos del día descansasen, y ésta toman ahora los malos para atormentar todos tus miembros y sentidos, hiriendo tu cuerpo, afligiendo tu ánima, atando tus manos, abofeteando tu cara, escupiendo tu rostro, atormentando tus oídos, porque en el tiempo en que todos los miembros suelen descansar, todos ellos en Ti penasen y trabajasen. ¡Qué maitines estos tan diferentes de los que en aquella hora te cantarían los coros de los ángeles en el cielo! Allá dicen Santo, Santo; acá dicen muera, muera: crucifícalo, crucifícalo. ¡Oh ángeles del paraíso, que las unas y otras voces oís!: ¿qué sentíais viendo tan mal tratado en la tierra Aquel a quien vosotros con tanta reverencia tratáis en el cielo? ¿Qué sentíais viendo que Dios tales cosas padecía por los mismos que tales cosas hacían? ¿Quién jamás oyó tal manera de caridad, que padezca uno muerte por librar de la muerte al mismo que se la da?

 

ORACIÓN PARA FINALIZAR

TODOS LOS DÍAS:

 

PETICIÓN ESPECIAL DEL AMOR DE DIOS. San Pedro de Alcántara