29 de septiembre
Dedicación de san Miguel Arcángel
Lecciones del II Nocturno de Maitines
Sermón de San Gregorio, Papa.
Homilía 34 sobre el Evangelio.
Decimos que existen nueve órdenes de ángeles, porque la Sagrada Escritura menciona a los ángeles, arcángeles, virtudes, potestades, principados, dominaciones, tronos, querubines y serafines. La existencia de los ángeles y de los arcángeles la atestiguan casi todas las páginas de los libros sagrados. De los querubines y serafines hablan muchas veces, como sabemos, los libros de los profetas. Además, el apóstol San Pablo enumera cuatro órdenes cuando dice en su epístola a los efesios: Sobre todo principado, y potestad, y virtud, y dominación. Dice también escribiendo a los colosenses: Ya sean tronos, potestades, principados o dominaciones. Agregando, pues, los tronos a las cuatro órdenes de que ha hablado a los efesios, tenemos cinco órdenes; y si les añadimos los ángeles, arcángeles, querubines y serafines, vemos que existen realmente nueve órdenes de ángeles.
El nombre de ángel es el de oficio y no de naturaleza. Ya que si aquellos espíritus de la patria celestial siempre son espíritus, no siempre pueden llamarse ángeles, puesto que lo son sólo cuando anuncian alguna cosa. Por que dice el Salmista hablando de Dios: Que hace ángeles a sus espíritus; como si dijera: A aquellos a quienes tiene siempre como espíritus, los hace ángeles cuando le place. Ahora bien: los que anuncian cosas menores se llaman ángeles; pero los que anuncian los más grandes misterios se llaman arcángeles. De ahí que a la Virgen María se le envió, no un ángel cualquiera, sino el Arcángel Gabriel, ya que tratándose del más importante de los mensajes, convenía que desempeñara este ministerio uno de los más grandes ángeles. Además, estos arcángeles llevan nombres propios que expresan los efectos de su operación. Así, Miguel significa: ¿Quién como Dios?; Gabriel, fuerza de Dios; y Rafael, medicina de Dios.
Siempre que se trata de algo que requiere un gran poder, la Escritura cita como enviado a Miguel para que, tanto su nombre, como el acto, manifiesten que nadie puede hacer lo que Dios hace con su poder. Así, hablando de aquel antiguo enemigo, que en su orgullosa ambición de igualar a Dios decía: Yo subiré a los cielos, levantaré mi trono sobre los astros del firmamento y seré semejante al Altísimo; y en reacción a la plenitud de su poder que le será dejada cerca del fin del mundo antes de arrojarle al suplicio eterno, se dice que luchará con el Arcángel Miguel; San Juan dice: Tuvo lugar un combate con el Arcángel Miguel. Vemos que a María le fue enviado Gabriel, que significa Fuerza de Dios. Venía a anunciar a Aquél que para vencer a las potestades aéreas se dignó hacerse humilde. Rafael significa Medicina de Dios; cuando para cumplir su misión, tocó los ojos de Tobías, le libró de las tinieblas de su ceguera.