Santo Rosario.
Por la señal...
Monición
inicial: Tal día como
hoy del año 1274, se daba sepultura al cuerpo del gran san Buenaventura, obispo
de Albano y doctor de la Iglesia, celebérrimo por su doctrina, por la santidad
de su vida y por las preclaras obras que realizó en favor de la Iglesia. Como
ministro general rigió con gran prudencia la Orden de los Hermanos Menores,
siendo siempre fiel al espíritu de san Francisco y en sus numerosos escritos
unió suma erudición y piedad ardiente.
Devotísimo de la Virgen María exclamaba: “Hay una novena
bienaventuranza. Dice así: Bienaventurados los devotos de la Santísima Virgen,
porque tendrán sus nombres escritos en el libro de la Vida Eterna.”
Señor mío
Jesucristo...
MISTERIOS LUMINOSOS
1.-El Bautismo del Señor en el Jordán
Desligado
de todo, sin deseos terrenales y despreciadas todas las criaturas, ocúpate de
tu Creador, con tanto vigor de espíritu y deseo tan fervoroso, que, olvidando
las cosas de la tierra, todo cuanto hagas, en dondequiera que estuvieres, en
todas tus ocupaciones, de día y de noche, en todo instante y en toda hora,
tengas a Dios presente en tu memoria, creyendo y pensando que verdaderamente
estás en su presencia y que Él te mira en todas partes.
2.-El Milagro de las Bodas de Cana
El
hombre tiene: como mediador de su causa ante el Padre, al Hijo. Y como mediador
ante el Hijo, a la Madre
3.- El anuncio del Reino invitando a la conversión.
La
misericordia divina ha multiplicado en todo tiempo y momento sus exquisitos
cuidados sobre las numerosas miserias del hombre. De esta consideración debe
brotar de nuestros corazones un ininterrumpido hacimiento de gracias por la
liberalidad de Dios en curar y prevenir tanta deficiencia de nuestra naturaleza
caída con tantos y tales dones que de sus manos nos han venido y nos vienen
continuamente.
4.-La Transfiguración del Señor
Así como nadie llega a la sabiduría sino por la gracia, la justicia y el
conocimiento, así tampoco se llega a la contemplación sino por medio de una
meditación profunda, una vida santa y la oración devota.
5.- La institución de la Eucaristía
“Los que anhelen
participar de estas operaciones misteriosas de la Eucaristía en la medida
colmada que Jesús desea, deben concertar su vida con arreglo a estas
disposiciones: primera, han de despojarse de todo hábito vicioso, que les
incapacitaría para percibir las dulzuras divinas; segunda, juntamente con esto'
deben producir frutos dignos de penitencia; tercera, deben igualmente
desprenderse de todo lo terreno: riquezas, placeres, honores; cuarta, a
imitación de Cristo, deben abrazarse a su cruz con voluntad libre, serena y
alegre, de tal modo que la amargura de los sufrimientos, que tanto aterra a los
mundanos, la trueque en suavidad y dulzura por la eficacia divina que en ellos
descubre.”