Capítulo III
FIN DE LA DEVOCIÓN AL SAGRADO CORAZÓN
1. ¿Cuál es el fin de la devoción al Sagrado Corazón?
El fin de la devoción al Sagrado Corazón es devolver a Jesús amor por amor y reparar los ultrajes que recibe de tantos pecadores, especialmente en el Santísimo Sacramento del Altar.
2. ¿Cómo lo sabemos?
1º Por las palabras del Sagrado Corazón a Santa Margarita María: “Si supieras cuánto anhelo ser amado de los hombres, nada descuidarías para lograrlo... Estoy sediento, me consumo en deseos de ser amado.» (Carta al P. Croiset.)
2° Por la enseñanza de la Iglesia. En su carta encíclica del 28 de junio de 1889 dice el papa León XIII: «Jesús no tiene deseo más ardiente que ver prender en las almas el fuego de amor que devora su propio Corazón. Acudamos, pues, a Aquel que nos pide, a cambio de su caridad, la reciprocidad de nuestro amor.»
3. Algunos motivos propios para
excitarnos a amar al Corazón de Jesús
Pueden señalarse entre los principales:
1° Su excelencia;
2°, el amor infinito que nos demuestra;
3°, el ardiente deseo que manifiesta de ser amado.
4. ¿En qué estriba la excelencia del Corazón de Jesús?
Estriba en que, en virtud de la unión de la naturaleza humana con la naturaleza divina en una sola persona - la segunda de la Santísima Trinidad-, el Corazón de Jesús es el Corazón de un Dios; sus actos y operaciones son asumidos por el Hijo de Dios; por lo tanto, son de valor y mérito infinitos.
5. Siendo esto así, ¿no podía habernos redimido con una sola gota de su sangre?
Ciertamente una gota de la preciosísima sangre de Jesús era suficiente para redimir, no ya este mundo, sino mil más; pero nuestro divino Salvador quiso darnos una prueba definitiva de la inmensidad de su amor derramando por nosotros hasta la última gota de sangre que quedaba en su Corazón.
6. ¿Qué títulos del Divino Corazón nos urgen a amarle?
- El Corazón de Jesús es el Padre bondadosísimo que nos engendró a la vida de la gracia para hacernos partícipes de su eterna gloria.
- Es el Buen Pastor que apacienta a sus
ovejas con el Pan de su Cuerpo y el de sus divinas enseñanzas; que dio su vida
por librarlas de la muerte eterna, y que, con sus silbidos amorosos, las guía
por el sendero del Cielo.
- Es nuestro mejor Amigo, a quien podemos acudir con entera confianza, pues no nos ha de abandonar ni en vida ni en muerte.
- Es nuestro poderoso Abogado y Mediador que intercede de continuo por nosotros ante su eterno Padre y ofrece las riquezas infinitas de su oración a la miseria de las nuestras.
7. ¿No es muy justo que devolvamos amor por amor al Corazón de Jesús?
Sí, es cosa tan sublime el amor, que sólo puede pagarse amando. Es, pues, estricta justicia que correspondamos con las gotitas de amor de que es capaz nuestro corazón al océano infinito de amor que nos brinda el Corazón de Jesús.
8.- ¿Cómo demostraremos que nuestro amor a Jesús es real?
a) Por el cumplimiento fidelísimo de los mandamientos de Dios y de la Iglesia y de nuestro deber de estado.
b) Por la práctica de las virtudes cristianas, singularmente de las preferidas del Corazón de Jesús: la mansedumbre, la humildad y la obediencia.
c) Por la abnegación y el sacrificio; por ejemplo: privándonos de un gusto o aceptando con resignación los sufrimientos y las cruces que nos envía la Providencia.
9. ¿Cómo fomentaremos en nuestra alma el amor al divino Corazón?
1. Pidiéndoselo a Jesús como la gracia de las gracias.
2. Por un conocimiento cada vez más íntimo de la adorable persona del Salvador, adquirido en la lectura asidua del Evangelio o de sus comentarios.
3. Visitándole con frecuencia en el Sacramento del Altar porque, como dice la Imitación, ¿quién se acerca a una gran hoguera sin recibir algún calor?
4. Multiplicando los actos de amor.
10. ¿Qué fórmulas de actos de amor son muy del agrado del divino Corazón?.
· Amado sea por doquier el Sagrado Corazón de Jesús. (Indulgencia de 300 días.)
· Corazón de Jesús, abrasado en amor nuestro, inflama nuestro corazón en tu amor. (Indulgencia de 300 días.)
· Corazón de Jesús, en Vos confío. (Indulgencia de 300 días.)
· Sagrado Corazón de Jesús, creo en tu amor para conmigo. (Indulgencia de 300 días.) Dulce Corazón de Jesús, sed mi amor. (Indulgencia de 300 días.)