miércoles, 20 de julio de 2022

DÍA 21.- SANGRE DE CRISTO, VIRTUD DE LOS CONFESORES

DÍA 21.- SANGRE DE CRISTO, VIRTUD DE LOS CONFESORES

Mes de julio a la preciosísima Sangre de Jesús

 

+Por la señal de la Santa Cruz, de nuestro enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Ante Jesús Sacramentado, visitándolo en el Sagrario ya presencialmente, ya espiritualmente, recitemos la siguiente oración compuesta por san Alberto Magno:

 

ORACIÓN A LA PRECIOSA SANGRE DE JESÚS

de San Alberto Magno

Yo te adoro, Oh Preciosa Sangre de Jesús, flor de la creación, fruto de virginidad, instrumento inefable del Espíritu Santo, y me regocijo al pensar que tú viniste de la gota de la sangre virginal sobre la cual el amor eterno imprimió su movimiento; Tú fuiste asumida por la Palabra y deificada en Su persona.

Yo estoy embargado de emoción cuando pienso de tu paso del corazón de la Santísima Virgen al corazón de la Palabra, y, siendo vivificada por el aliento de la Divinidad, volviéndote adorable porque te volviste la sangre de Dios.

Yo te adoro dentro de las venas de Jesús, preservada en su humanidad como el maná en la urna de oro, el memorial de la Redención eterna que El cumplió durante los días de su vida terrenal. Yo te adoro, Sangre de la nueva y eterna alianza, fluyendo de las venas de Jesús en Getsemaní, de la carne arrancada por los latigazos en el Pretorio, de sus manos y pies perforados y de su costado abierto en el Gólgota. Yo te adoro en los Sacramentos, en la Eucaristía, donde yo sé que estás sustancialmente presente...

Pongo toda mi confianza en Ti, Oh Sangre adorable, nuestra Redención, nuestra regeneración. Cae, gota a gota, en los corazones que se han alejado de Ti y suavízalos de su dureza.

Oh adorable Sangre de Jesús, lava nuestras manchas, sálvanos de la ira del ángel vengador. Irriga la Iglesia; hazla fructífera con apóstoles y trabajadores de milagros, enriquécela con almas que sean santas, puras y radiantes con belleza divina. Amén.

 

21.-     Sangre de Cristo, virtud de los confesores

La Iglesia llama confesores de la fe a aquellos cristianos que en tiempo de persecución y en diferentes momentos adversos a lo largo de la historia han dado testimonio público de la verdad católica permaneciendo fieles hasta la hora de su muerte. Los confesores han sufrido ocasionalmente por la fe la prisión, la tortura, el exilio o trabajos forzados, pero sobre todo han testimoniado con su vida santa la verdad del Evangelio en la fidelidad cotidiana a sus obligaciones.

“No os sorprenda que el mundo os odie” (1 Juan 3, 13) porque la santidad cristiana siempre será contraria al espíritu del mundo, enemigo del alma. Al igual que los mártires, los confesores de la fe hallan su fuerza para permanecer fieles en el martirio de la ascesis cotidiana y contra los ataques del mundo, a veces virulentos, pero la mayoría de ellos de forma sigilosa, por su unión con Cristo y la comunión de su Cuerpo y su Sangre. 

No sabemos si Dios nos dará la gracia del martirio, pero seguro que todos nosotros estamos llamados a ser confesores de la fe viviendo las virtudes y dando testimonio ante el mundo.

 

PROPÓSITO: Ofrecer la Sagrada Comunión del Cuerpo y la Sangre de Cristo, por nuestra santificación y salvación.

 

JACULATORIA: Sangre de Cristo, virtud de los confesores, sálvanos.

 

Para finalizar:

LETANÍAS DE LA PRECIOSÍSIMA SANGRE DE CRISTO