domingo, 31 de julio de 2022

EL TEMOR DE DIOS .San Ambrosio

 

EL TEMOR DE DIOS .San Ambrosio 

Del Tratado de San Ambrosio, sobre el Salmo 118.

Sermón 5, n. 36-37

“El temor de Dios es el principio de la sabiduría”, dice el Profeta; pero ¿en qué consiste el principio de la sabiduría sino en renunciar al mundo? En efecto, amar las cosas del mundo es locura, ya que, según el Apóstol, “la sabiduría de este mundo no es más que locura ante Dios”. A pesar de ello, si el temor del Señor no se fundara en la ciencia, de nada serviría; por lo contrario sería muy perjudicial. Los judíos son celosos por Dios, pero como su celo y su temor no se basan en la ciencia, desagradan más y más a la divinidad. El temor de Dios los mueve a circuncidar a sus hijos y a observar el sábado; pero, ignorando que la ley es espiritual, practican la circuncisión del cuerpo, no la del corazón.

¿Por qué hablar de los judíos? Hay entre nosotros quienes temen a Dios con un temor no conforme con la ciencia, ya que imponen obligaciones tan pesadas, que no puede soportarlas la debilidad humana. Muestran mucho interés por la observancia de la ley y la práctica de la virtud; pero hay ignorancia porque no saben compadecerse de la fragilidad de la naturaleza, ni apreciar sus posibilidades. Si la verdadera sabiduría empieza por el temor de Dios, y la sabiduría espiritual no existe sin el temor de Dios, tampoco podrá darse este temor sin la sabiduría.

Un temor de Dios bien ordenado sirve de base a la palabra divina. Una estatua tiene un pedestal en que reposa, le da más gracia y un firme apoyo; así la divina palabra se encuentra mejor asentada en un temor bien ordenado y más fuertemente arraiga en el alma que teme al Señor; este temor impide que la divina semilla caiga fuera del corazón del hombre, y que se aprovechen los pájaros de su incuria y negligencia para arrebatársela.