viernes, 1 de julio de 2022

DÍA 2. SANGRE DE CRISTO, SANGRE DEL VERBO ENCARNADO

 

DÍA 2.        SANGRE DE CRISTO, SANGRE DEL VERBO ENCARNADO

Mes de julio a la preciosísima Sangre de Jesús

 

+Por la señal de la Santa Cruz, de nuestro enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Ante Jesús Sacramentado, visitándolo en el Sagrario ya presencialmente, ya espiritualmente, recitemos la siguiente oración compuesta por san Alberto Magno:

 

ORACIÓN A LA PRECIOSA SANGRE DE JESÚS

de San Alberto Magno

Yo te adoro, Oh Preciosa Sangre de Jesús, flor de la creación, fruto de virginidad, instrumento inefable del Espíritu Santo, y me regocijo al pensar que tú viniste de la gota de la sangre virginal sobre la cual el amor eterno imprimió su movimiento; Tú fuiste asumida por la Palabra y deificada en Su persona.

Yo estoy embargado de emoción cuando pienso de tu paso del corazón de la Santísima Virgen al corazón de la Palabra, y, siendo vivificada por el aliento de la Divinidad, volviéndote adorable porque te volviste la sangre de Dios.

Yo te adoro dentro de las venas de Jesús, preservada en su humanidad como el maná en la urna de oro, el memorial de la Redención eterna que El cumplió durante los días de su vida terrenal. Yo te adoro, Sangre de la nueva y eterna alianza, fluyendo de las venas de Jesús en Getsemaní, de la carne arrancada por los latigazos en el Pretorio, de sus manos y pies perforados y de su costado abierto en el Gólgota. Yo te adoro en los Sacramentos, en la Eucaristía, donde yo sé que estás sustancialmente presente...

Pongo toda mi confianza en Ti, Oh Sangre adorable, nuestra Redención, nuestra regeneración. Cae, gota a gota, en los corazones que se han alejado de Ti y suavízalos de su dureza.

Oh adorable Sangre de Jesús, lava nuestras manchas, sálvanos de la ira del ángel vengador. Irriga la Iglesia; hazla fructífera con apóstoles y trabajadores de milagros, enriquécela con almas que sean santas, puras y radiantes con belleza divina. Amén.

 

1.     Sangre de Cristo, Sangre del Verbo Encarnado

Aquel que es el Verbo del Padre, Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, se hace hombre verdadero y nos habla con palabras que podemos entender. Durante tres años predicará la Verdad, aquel que es la misma Verdad. Pero todo en la vida de Cristo es predicación, enseñanza, exhortación. Hasta los mínimos detalles que nos narran los evangelistas son Evangelio. Incluso aquello mismo que no narran y la Tradición nos ha legado. Es más, aquello mismo que, por sentido común, podemos saber y conocer acerca de su santa humanidad.

Y ¿su sangre? ¿No nos dice nada? La Sangre de Cristo clama reparación al Padre por el pecado de la humanidad. La Sangre de Cristo predica el amor de Dios al hombre. La Sangre de Cristo manifiesta el valor que tenemos a los ojos de Dios. La Sangre de Cristo denuncia la maldad del corazón humano. La Sangre de Cristo exige correspondencia: entregar también nosotros toda nuestra vida e incluso nuestra sangre por Él, que nos amó primero. Por eso, interroga a los hijos del Zebedeo: “¿Podéis beber el cáliz que yo he de beber?” (Mateo 20, 22).

 

PROPÓSITO: Hacer algún sacrificio corporal (pequeño ayuno, por ejemplo) en correspondencia a la Sangre de Cristo derramada por nosotros.

 

JACULATORIA: Sangre de Cristo, Sangre del Verbo Encarnado, sálvanos.

 

Para finalizar:

LETANÍAS DE LA PRECIOSÍSIMA SANGRE DE CRISTO