CONTINÚASE EL MISMO EXAMEN DE PILATOS
SÁBADO DE LA III SEMANA DE CUARESMA
MEDITACIONES SOBRE LA PASIÓN DEL SEÑOR
PARA CADA DÍA DE LA CUARESMA
DE LA OBRA “VIDA Y DOCTRINA DE JESUCRISTO
SACADA DE LOS CUATRO EVANGELISTAS
Y DISTRIBUIDA EN MATERIA DE MEDITACIÓN
PARA TODOS LOS DÍAS” DEL P. NICOLÁS AVANCINI, DE LA COMPAÑÍA DE JESÚS.
ORACIÓN PARA COMENZAR
TODOS LOS DÍAS:
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Poniéndonos en la presencia de Dios, adoremos su majestad infinita, y digamos con humildad:
“Omnipotente Dios y Señor y Padre mío amorisísimo, yo creo que por razón de tu inmensidad estás aquí presente en todo lugar, que estás aquí, dentro de mí, en medio de mi corazón, viendo los más ocultos pensamientos y afectos de mi alma, sin poder esconderme de tus divinos ojos.
Te adoro con la más profunda humildad y reverencia, desde el abismo de mi miseria y de mi nada, y os pido perdón de todos mis pecados que detesto con toda mi alma, y os pido gracias para hacer con provecho esta meditación que ofrezco a vuestra mayor gloria… ¡Oh Padre eterno! Por Jesús, por María, por José y todos los santos enseñadme a orar para conocerme y conoceros, para amaros siempre y haceros siempre amar. Amén.”
Se meditan los tres puntos dispuestos para cada día.
SÁBADO DE LA III SEMANA DE CUARESMA
CONTINÚASE EL MISMO EXAMEN DE PILATOS
1.- Respondió Jesús: mi reino no es de este mundo (1). No niega ser rey del mundo, pero niega que reine del modo con que reinan los reyes del mundo, con pompa y aparato de armas. ¿Cuál es, pues, el modo de su reinar? Con pobreza, con desprecio, obediencia, humildad, cruz. Consiguió con esto que toda criatura le doblase la rodilla. Yo la doblo también, y os reconozco por rey mío en vuestra vileza: ésta abrazo por Vos. No puede ser vil el que es a Vos semejante.
2.- Díjole Pilatos: ¿Luego rey eres tú? Respondió Jesús: Tú lo dices que yo soy rey (2). Segunda vez preguntado confiesa ser rey. La constancia y la verdad siempre hablan lo mismo. Y yo, Señor, también os creo y os confieso por rey, y diré siempre: Rey mío y Dios mío sois Vos. Si me acomete alguna pasión para dominar mi alma, diré: Mi rey sois Vos. Para esto nací yo también, para dar con obras testimonio de esta verdad, y siempre le daré constantemente.
3.- Díjole Pilatos: ¿Qué es verdad? Y diciendo esto se salió (3). Saludable pregunta es esta. ¡Ojalá que hubiera esperado! Y tú pregunta continuamente: ¿Qué es verdad? Mas escucha la respuesta. Muchas cuestiones te mueve a ti el amor propio, mago de las almas; muchas Dios acerca de la abnegación y menosprecio de ti mismo, etc. Pregunta ¿Qué es verdad? Quita la máscara a las cosas, atiende a las verdades prácticas. Guárdase de un fervor pasajero el que empiezan a desear el bien; mas luego se va: y no persevera en el propósito de lo que conoció, según dice Hugo Victorino.
(1) Joan., 18. (2) Ibid. (3) Ibid.
ORACIÓN PARA FINALIZAR TODOS LOS DÍAS:
INVOCACIONES AL CORAZÓN DE JESÚS EN SU PASIÓN.
Santa Margarita María de Alacoque
Humildemente postrado al pie de tu Santa Cruz, te diré con frecuencia, divino Salvador mío, para mover las entrañas de tu misericordia a perdonarme.
¾ Jesús, desconocido y despreciado, R/. Ten piedad de mí.
¾ Jesús, calumniado y perseguido.
¾ Jesús, abandonado de los hombres y tentado.
¾ Jesús, entregado y vendido a vil precio.
¾ Jesús, vituperado, acusado y condenado injustamente.
¾ Jesús, vestido con una túnica de oprobio y de ignominia.
¾ Jesús, abofeteado y burlado.
¾ Jesús, arrastrado con la soga al cuello.
¾ Jesús, azotado hasta la sangre.
¾ Jesús, pospuesto a Barrabas.
¾ Jesús, coronado de espinas y saludado por irrisión.
¾ Jesús, cargado con la Cruz y las maldiciones del pueblo.
¾ Jesús, triste hasta la muerte.
¾ Jesús, pendiente de un infame leño en compañía de dos ladrones.
¾ Jesús, anonadado y confundido delante de los hombres.
¾ Jesús, abrumado de toda clase de dolores.
¡Oh Buen Jesús! que has querido sufrir una infinidad de oprobios y de humillaciones por mi amor, imprime poderosamente su estima en mi corazón, y hazme desear su práctica.
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Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.
Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.
Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.
Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.
Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros.
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¡Querido hermano, si te ha gustado esta meditación, compártela con tus familiares y amigos!
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Ave María Purísima, sin pecado concebida.