ÚLTIMAMENTE ACUSADO ES REMITIDO A HERODES
DOMINGO IV DE CUARESMA
MEDITACIONES SOBRE LA PASIÓN DEL SEÑOR
PARA CADA DÍA DE LA CUARESMA
DE LA OBRA “VIDA Y DOCTRINA DE JESUCRISTO
SACADA DE LOS CUATRO EVANGELISTAS
Y DISTRIBUIDA EN MATERIA DE MEDITACIÓN
PARA TODOS LOS DÍAS” DEL P. NICOLÁS AVANCINI, DE LA COMPAÑÍA DE JESÚS.
ORACIÓN PARA COMENZAR
TODOS LOS DÍAS:
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Poniéndonos en la presencia de Dios, adoremos su majestad infinita, y digamos con humildad:
“Omnipotente Dios y Señor y Padre mío amorisísimo, yo creo que por razón de tu inmensidad estás aquí presente en todo lugar, que estás aquí, dentro de mí, en medio de mi corazón, viendo los más ocultos pensamientos y afectos de mi alma, sin poder esconderme de tus divinos ojos.
Te adoro con la más profunda humildad y reverencia, desde el abismo de mi miseria y de mi nada, y os pido perdón de todos mis pecados que detesto con toda mi alma, y os pido gracias para hacer con provecho esta meditación que ofrezco a vuestra mayor gloria… ¡Oh Padre eterno! Por Jesús, por María, por José y todos los santos enseñadme a orar para conocerme y conoceros, para amaros siempre y haceros siempre amar. Amén.”
Se meditan los tres puntos dispuestos para cada día.
DOMINGO IV DE CUARESMA
ÚLTIMAMENTE ACUSADO ES REMITIDO A HERODES
1.- Salió a los judíos, y dijo: Yo no descubro en él causa alguna (1). Tal testimonio se debía a la inocencia. Porque ¿qué cosa digna de castigo se podía hallar en Aquel que no hizo pecado, ni tampoco lo pudo hacer? Pero yo muchas causas encuentro en Él para qué muera; porque sé que puso el Señor en Él la maldad de todos nosotros (2). Registró en él mis delitos, que merecen la muerte. En mí está la culpa, en Él el amor y la pena. Detesto lo que yo hice: amo lo que Él ha hecho: le doy por ello infinitas gracias. Nada añadiré en adelante a la causa que le di para padecer tanto, antes la quitaré.
2.- Y los sumos sacerdotes le acusaban en muchas cosas. Pero Jesús nada más respondió, de modo que se admiró el Presidente (3). ¿En muchas cosas? De todo hacen fe con su autoridad, no con prueba alguna. Y Jesús calla, no por necesidad, sino por virtud. El silencio es defensa elocuente de la inocencia cuando habla la vida. Vive de tal suerte, que aunque contra ti se puedan decir muchas cosas, nada se puede probar. Callando tú, perore por ti tu vida.
3.- Luego que conoció que era de la jurisdicción de Herodes, se lo remitió a él (4). Ni quiso condenar al que no podía, ni absolver al que debía. Temía librar al Señor: quiso eximirse del conocimiento de su causa, sin cuidarse de lo que ejecutasen con Él. Tal es el amor propio, que deja la causa de Dios por hacer la suya. ¿Quién es más vil? ¿Tú o Dios? Si de uno y otro se ha de tratar la causa, ¿cuál has de tener en más? Más mira que ésta es cosa que sin duda has de hacer cada día.
(1) Joan., 18. (2) Is., 53. (3) Marc., 15; Matth., 27. (4) Luc., 23.
ORACIÓN PARA FINALIZAR TODOS LOS DÍAS:
INVOCACIONES AL CORAZÓN DE JESÚS EN SU PASIÓN.
Santa Margarita María de Alacoque
Humildemente postrado al pie de tu Santa Cruz, te diré con frecuencia, divino Salvador mío, para mover las entrañas de tu misericordia a perdonarme.
¾ Jesús, desconocido y despreciado, R/. Ten piedad de mí.
¾ Jesús, calumniado y perseguido.
¾ Jesús, abandonado de los hombres y tentado.
¾ Jesús, entregado y vendido a vil precio.
¾ Jesús, vituperado, acusado y condenado injustamente.
¾ Jesús, vestido con una túnica de oprobio y de ignominia.
¾ Jesús, abofeteado y burlado.
¾ Jesús, arrastrado con la soga al cuello.
¾ Jesús, azotado hasta la sangre.
¾ Jesús, pospuesto a Barrabas.
¾ Jesús, coronado de espinas y saludado por irrisión.
¾ Jesús, cargado con la Cruz y las maldiciones del pueblo.
¾ Jesús, triste hasta la muerte.
¾ Jesús, pendiente de un infame leño en compañía de dos ladrones.
¾ Jesús, anonadado y confundido delante de los hombres.
¾ Jesús, abrumado de toda clase de dolores.
¡Oh Buen Jesús! que has querido sufrir una infinidad de oprobios y de humillaciones por mi amor, imprime poderosamente su estima en mi corazón, y hazme desear su práctica.
***
Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.
Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.
Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.
Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.
Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros.
***
¡Querido hermano, si te ha gustado esta meditación, compártela con tus familiares y amigos!
***
Ave María Purísima, sin pecado concebida.