JUEVES DE LA I SEMANA DE CUARESMA
Comentarios al Evangelio
de la Catena Aurea de Santo Tomás de Aquino
Mateo 15, 21-28
Y saliendo Jesús de allí, se fue a las partes de Tiro,
y de Sidón. Y he aquí una mujer Cananea, que había salido de aquellos términos,
y clamaba diciéndole: "Señor, hijo de David, ten piedad de mí: mi hija es
malamente atormentada del demonio". Y El no respondió palabra. Y
llegándose sus discípulos, le rogaban y decían: "Despáchala, porque viene
gritando en pos de nosotros". Y El respondiendo dijo: "No soy enviado
sino a las ovejas que perecieron de la casa de Israel". Mas ella vino y le
adoró diciendo: "Señor, valedme". El respondió y dijo: "No es
bien tomar el pan de los hijos y echarlo a los perros". Y ella dijo:
"Así es, Señor; mas los perros comen de las migajas que caen de la mesa de
su señores": Entonces respondió Jesús, y le dijo: "Oh mujer, grande es
tu fe: hágase contigo como quieres; y desde aquella hora fue sanada su
hija". (vv. 21-28)
San Jerónimo
El Salvador,
después de abandonar a los fariseos y a los calumniadores, pasa a los países de
Tiro y Sidón para curar a sus habitantes y por eso se dice: "Y saliendo
Jesús de allí, se fue a las partes de Tiro y de Sidón".
Remigio
Tiro y Sidón
fueron dos ciudades habitadas por gentiles. Porque Tiro era la metrópoli de los
cananeos y Sidón el término, mirando al norte, de los mismos cananeos.
San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 51,1
Es digna de
atención la conducta del Señor, quien en el momento en que separó a los judíos
de la observancia sobre los alimentos, abrió la puerta a los gentiles. Así también
Pedro recibió en una visión la orden de abolir esa ley, e inmediatamente fue
enviado a Cornelio ( Hch 10,5). Pero si alguno pregunta: ¿Cómo es que después
de haber dicho el Señor a sus discípulos que no fueran por los caminos de los
gentiles, ahora El mismo va por ese camino? Contestaremos en primer lugar, que
el Señor no estaba sujeto al precepto que dio a los discípulos, y además porque
no fue allí a predicar y por eso dice San Marcos ( Mc 7,24) que se ocultó a sí
mismo.
Remigio
Fue allí
para curar a los de Tiro y Sidón, o para librar del demonio a la hija de esa
mujer y condenar por su fe la perversidad de los escribas y de los fariseos. De
esa mujer dice el evangelista: "Y he aquí una mujer cananea, que había
salido de aquellos términos, etcétera".
San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 52,1
El
evangelista la llama cananea, a fin de hacer ver la influencia que en ella
ejercía la presencia de Cristo. Los cananeos que habían sido expulsados para
que no pervirtieran a los judíos, se mostraron en esta ocasión más sabios que
los judíos, saliendo fuera de sus fronteras y acercándose a Cristo. Mas esta
mujer, luego que se hubo acercado a Cristo, no le pidió más que misericordia.
Por eso sigue: "Y clamaba diciéndole: Señor, hijo de David, ten piedad de
mí"
.
Glosa
Gran fe se
nota en estas palabras de la cananea: cree en la divinidad de Cristo cuando lo
llama Señor y en su humanidad cuando le dice hijo de David. No pide ella nada
en nombre de sus méritos, invoca sólo la misericordia de Dios, diciendo:
"Ten piedad". Y no dice ten piedad de mi hija, sino de mí, porque el
dolor de la hija es el dolor de la madre y a fin de moverlo a compasión, le
cuenta todo su dolor. Por eso sigue: "Mi hija es malamente atormentada por
el demonio". En estas palabras descubre ella sus heridas al médico y la
magnitud y características de su enfermedad. La magnitud, cuando dice: "Es
atormentada malamente" y las características por las palabras: "por
el demonio".
Orígenes, hom. 7 inter collectas ex diversis locis
Ved la
sabiduría de esa mujer. No se fue a los hombres seductores, ni buscó fórmulas
vanas, sino que dejando todas las supersticiones diabólicas, se va al Señor y
no pidió a Santiago, ni suplicó a Juan, ni se acercó a Pedro; sino que amparada
en la protección de la penitencia, corrió sola al Señor. Y mirad una escena
nunca vista. Pide y manifiesta con gritos su dolor y el Señor, que tanto ama a
los hombres, no le responde y por eso sigue: "Y El no respondió
palabra".
San Jerónimo
Y no le
responde no por un acto de soberbia semejante a la de los judíos, ni por el
orgullo propio de los escribas, sino por no parecer que estaban en
contradicción su conducta y aquellas palabras suyas: "No vayáis por los
caminos de los gentiles" ( Mt 10,5). No quería dar motivo a que le
calumniaran y reservaba para el tiempo de su pasión y resurrección la completa
salvación de los gentiles.
Glosa
Con esa
dilación y falta de respuesta, nos manifiesta el Señor la paciencia y la
perseverancia de la mujer. También fue una de las causas para no responder, el
que quisiera que los discípulos le suplicaran por ella a fin de hacernos ver lo
necesarias que son para conseguir alguna cosa las súplicas de los santos. Por
eso sigue: "Y llegándose los discípulos, le rogaban, etc."
San Jerónimo
Los
discípulos, que aún no sabían en ese tiempo los misterios de Dios, rogaban por
la mujer cananea, o bien movidos a compasión, o bien porque deseaban librarse
de su importunidad.
San Agustín, de consensu evangelistarum, 2,29
Parece haber
una especie de contradicción entre lo dicho anteriormente y la narración de San
Marcos que dice que cuando vino la mujer a suplicar por su hija, se encontraba
el Señor en una casa. Puede desde luego creerse que San Mateo no habló de la
casa y sin embargo, contó el mismo hecho. Pero como él refiere que los
discípulos dijeron al Señor: "Despáchala, porque viene gritando en pos de
nosotros", parece indicar que la mujer dirigió sus súplicas al Señor
cuando éste iba andando. Debe, pues, entenderse este pasaje en este sentido: La
mujer entró en la casa donde estaba el Señor, puesto que San Marcos dice que el
Señor estaba en una casa; pero después de las palabras que refiere San Mateo:
"Y no la respondió". Durante este tiempo de silencio (puesto que
ningún evangelista dice si continuó el Señor en la casa) es de creer que el
Señor salió de aquella casa. Así se enlaza todo perfectamente y desaparece toda
diferencia entre ambos evangelistas.
San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom, 52,1
Yo presumo
que se entristecieron los discípulos ante la desgracia de la mujer pero no se
atrevieron, sin embargo, a decir: Dale esa gracia, cosa que nos sucede a
nosotros con frecuencia. Queremos persuadir a alguno y sin embargo, le decimos
muchas veces lo contrario de lo que queremos. Mas, respondiendo Jesús mismo
dice: "No soy enviado sino a las ovejas de Israel, etc."
San Jerónimo
No dice esto
porque no hubiera sido enviado a las demás naciones, sino para indicar que fue
a Israel, a donde primeramente había sido enviado y que después de que este
pueblo rechazara el Evangelio, el Evangelio pasaría con justicia a los
gentiles.
Remigio
Fue enviado,
con especialidad, al pueblo de Israel, para que este pueblo recibiese su
enseñanza, hasta con su presencia visible.
San Jerónimo
Y dice
señaladamente: "A las ovejas perdidas de Israel" para que con estas
palabras comprendamos el significado de la oveja errante, de que se habla en
otra parábola ( Lc 15).
San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 52,2
Pero al ver
la mujer que nada podían los apóstoles, perdió la vergüenza, dichosa vergüenza.
Antes no se atrevía a presentarse delante del Señor. Por eso sigue:
"Porque viene gritando en pos de nosotros". Mas cuando parecía que se
retiraría llena de angustia, entonces se acerca más al Señor. Por eso sigue:
"Mas ella vino y le adoró".
San Jerónimo
Notad cómo
esta mujer cananea lo llama con perseverancia hijo de David, en seguida Señor y
por último le adora.
San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 52,2
Y por esto
no dijo: Ruega, o suplica a Dios, sino, oh Señor, ayudadme. Y cuanto más
aumentaba la mujer sus súplicas, tanto menos atendía El a sus súplicas. Y no
llama ovejas a los judíos, sino hijos. Mas a ella perro. "Y El
respondiendo dijo: no es bien, etcétera".
Glosa
Hijos son
los judíos engendrados y alimentados en el culto de un solo Dios por la ley. Su
pan son el Evangelio, los milagros y cuanto pertenece a nuestra salvación. No
es, pues, conveniente que se quiten todas estas cosas a los hijos y se den a
los gentiles (que son los perros), mientras sean repudiados por los judíos.
Rábano
Los gentiles
son llamados perros a causa de su idolatría, y los perros bebiendo sangre y
devorando los cadáveres se vuelven rabiosos.
San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 52,2
¡Mirad la
sabiduría de la mujer! No se atrevió a contradecir, ni se entristeció por las
alabanzas de los otros, ni se abatió por las cosas sensibles que la echaron en
cara. Por eso sigue: "Mas ella dijo: Es verdad, Señor; pero también los
perros comen de las migajas que caen de las mesas de sus señores, etc.".
Había dicho El: "No es bien" y ésta dijo: "Así es, Señor".
El llama hijos a los judíos y ella, señores. El llamó perro a esta mujer y ella
añadió la cualidad de los perros, como si dijera: si soy perro, no soy extraña;
me llamas perro, aliméntame tú como a un perro. Yo no puedo abandonar la mesa
de mi Señor.
San Jerónimo
Son
ensalzadas la fe, la humildad y la paciencia admirables de esta mujer. La fe,
porque creía que el Señor podía curar a su hija. La paciencia, porque cuantas
veces era despreciada, otras tantas persevera en sus súplicas. La humildad,
porque no se compara ella sólo a los perros, sino a los cachorrillos. Sé -dice-
que no me merezco el pan de los hijos, ni puedo tomar sus alimentos enteros, ni
sentarme a la mesa con el Padre; pero me contento con lo que da a los
cachorrillos, a fin de llegar, mediante mi humildad, hasta la mesa donde se
sirve el pan entero.
San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 52,2-3
Por esta
razón, se retardaba el Señor, El sabía que ella le hablaría de esa manera y no
quería que quedara oculta tan grande virtud. Por eso sigue: "Entonces
respondió Jesús y le dijo: ¡Oh mujer, grande es tu fe: hágase contigo como
quieres!" Como si dijera: tu fe puede comprender cosas mayores que éstas,
pero entretanto hágase contigo como tú quieres. Observad que esta mujer influyó
no poco en la curación de su hija y por eso no dijo Cristo: Sea curada tu hija,
sino: "Tu fe es grande: hágase contigo como quieres". De esta manera
nos da a entender la sencillez de corazón con que hablaba esa mujer, no para
adular al Señor, sino para manifestarle su gran fe. Esta palabra de Cristo es
parecida a aquella otra: "Hágase el firmamento y fue hecho" ( Gén
1,6). Por eso sigue: "Y desde aquella hora fue sanada su hija".
¡Mirad cómo alcanza la mujer, lo que no obtuvieron los apóstoles. Tan gran
poder tiene la insistencia en la oración! y Dios prefiere que le dirijamos a El
nuestras súplicas por nuestros pecados, a que nos valgamos de las súplicas de
otros.
Remigio
Estas palabras nos ofrecen un ejemplo de la necesidad que hay de catequizar y bautizar a los niños. Porque no dice la mujer: salva a mi hija, o ayúdala, sino ten compasión de mí y ayúdame. De aquí viene la costumbre en la Iglesia de prometer los fieles la fe a Dios en lugar de sus hijos pequeños, por no tener éstos la razón y la edad suficientes para hacer a Dios esa promesa y así como por la fe de esa mujer fue sanada su hija, así también por la fe de los fieles se perdonan los pecados a los niños.
Esta mujer
significa, en sentido alegórico, a la Iglesia Santa, formada por todas las
naciones. La venida del Señor, después de abandonar a los escribas y a los
fariseos, a los países de Tiro y de Sidón, nos figura el abandono en que
después dejaría a los judíos y que se pasaría a los gentiles. Y salió esta
mujer de los confines de su tierra, porque la Iglesia santa salió de los
errores y vicios antiguos.
San Jerónimo
Yo pienso
que la hija de la cananea representa las almas de los fieles, que eran
cruelmente maltratadas por el demonio, cuando no conocían a su Creador y
adoraban las piedras.
Remigio
El Señor
designa con la palabra "hijos" a los patriarcas y profetas de aquel
tiempo, con la palabra "mesa" a la Sagrada Escritura y con
"migas" a los preceptos leves o a los misterios íntimos que dan el
alimento a la Iglesia y con "cortezas" a los preceptos carnales que
observaban los judíos. Se dice que son comidas las migas debajo de la mesa
porque la Iglesia se somete con humildad al cumplimiento de los preceptos
divinos.
Rábano
Los perros
pequeños no comen las cortezas, sino las migajas del pan de los niños, porque
los que eran despreciados entre las naciones, convirtiéndose a la fe, buscan,
no la superficie literal de la Escritura, sino el sentido espiritual, con el
que pueden adelantar en sus buenas obras.
San Jerónimo
¡Admirable
transformación de las cosas! En otro tiempo estaban en Israel los hijos de Dios
y nosotros éramos los perros. La diversidad de la fe cambia algún tanto este
orden. Después (en el tiempo en que se cumpla el misterio de la pasión) se dirá
a los judíos: Muchos perros me han rodeado ( Sal 21,13) y nosotros oiremos con
la mujer cananea estas palabras: "Tu fe te ha salvado".
Rábano
Con razón se
llama grande a esta fe, porque las naciones, sin haber sido imbuidas en la ley,
ni haber sido instruidas por los profetas, obedecerán prontamente a las
primeras palabras que les dirijan los apóstoles, por cuya obediencia merecerán
la salud y si el Señor difiere la salud de sus almas y no atiende a las
primeras lágrimas de las súplicas de la Iglesia, nunca esas almas deben
desesperarse o dejar de suplicar, sino antes al contrario, deben insistir en
sus plegarias.
San Agustín, quaestiones evangeliorum, 1,18
El no venir
el Señor a las casas del hijo del centurión y de la mujer cananea, significa
que las naciones a donde El no fuere, alcanzarán la salvación por medio de su
palabra. La curación del hijo del centurión y de la hija de la mujer cananea
mediante las súplicas de sus padres, es figura de la Iglesia, que es madre de
todos los miembros, que son sus hijos. Porque se la llama madre de todos los
hombres que la componen y éstos llevan, por lo mismo, el nombre de hijos.
San Hilario, in Matthaeum, 15
O también,
esta mujer, que salió fuera de los límites de su país, es la primera de los
prosélitos. Es decir, salió de entre las naciones para ir al medio de un pueblo
que le era extraño, suplica por su hija (esto es, por la plebe de las naciones,
sometidas a la dominación de los espíritus inmundos) y llama al Señor hijo de
David, porque lo conoció por la ley.
Rábano
Además, si alguno tiene manchada su conciencia por la suciedad de algún vicio, ése tiene, indudablemente, a su hija malamente atormentada por el demonio y si alguno ha viciado sus buenas obras con el veneno del pecado, éste también tiene a su hija agitada por las furias del espíritu impuro y necesita, por consiguiente, acogerse a las súplicas y a las lágrimas y acudir a la intercesión y al auxilio de los santos.