DÍA 5 DE FEBRERO
QUÉDASE EL NIÑO JESÚS EN EL TEMPLO
MEDITACIONES PARA LA NAVIDAD Y EL TIEMPO DE EPIFANÍA
del P. Nicolás Avancini
TODOS LOS DÍAS:
+Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Dispongámonos a hacer este momento de oración, elevando a Dios nuestro pensamiento y nuestro corazón; y digamos:
Oración para todos los días
Benignísimo Dios de infinita caridad, que nos has amado tanto y que nos diste en tu Hijo la mejor prenda de tu amor, para que hecho hombre en las entrañas de una virgen naciese en un pesebre para nuestra salud y remedio. Yo en nombre de todos los mortales te doy infinitas gracias por tan soberano beneficio.
En retorno de él te ofrezco la pobreza, humildad y demás virtudes de tu hijo humanado, y te suplico por sus divinos méritos, por las incomodidades en que nació y por las tiernas lágrimas que derramó en el pesebre, que dispongas nuestros corazones con humildad profunda, con amor encendido y con tal desprecio de todo lo terreno, que Jesús recién nacido, tenga en ellos su cuna y more eternamente. Amén.
Pater noster, Ave María y Gloria.
DÍA 5 DE FEBRERO
QUÉDASE EL NIÑO JESÚS EN EL TEMPLO
1. Cumplió el tiempo cuando se volvían. Considera que los padres de JESÚS no quisieron, aunque bien podían, volverse a Nazaret a su casa antes que se acabase la solemnidad de los Ázimos, que duraba siete días. Así quisieron guardar la ley hasta el menor ápice. Sea también este tu cuidado, en especial en las cosas que tocan al divino culto. No quieras ofrecer a Dios un sacrificio no entero, o quitarle algo del tiempo. Lo que quitas a Dios ¿a quién lo das sino a tus sentidos? ¿Querrás haber hecho esto cuando se le acaben los días de tu vida? 2. Se quedó el niño JESÚS en Jerusalén. Considera el afecto con que iba JESÚS a las cosas divinas, el cual, cuanto era de su parte, quisiera quedarse siempre en la casa de su Padre y por este fin dejar a su misma Madre, aunque de Él sumamente amada; porque los obsequios de Dios a todos se han de anteponer. De lo cual has de aprender a estimar los ejercicios espirituales que te prescriben las Reglas; las acciones de culto y piedad con Dios, que la ley te manda; y antes les has de añadir algún tiempo, y más frecuencia, como en adorar y llegarte a Dios por la oración y sacramentos, cuando se te permite o puedes, que quitárselo o dejarlo por una omisión y pereza reprensible.
3. Y no lo conocieron sus padres. Aunque Cristo no ignoraba que su ausencia había de causar un extraño
dolor a sus padres, quiso hurtárseles con todo: Para mostrar (dice Beda) que tenía en los cielos otro verdadero Padre, a quien sólo estaba sujeto en lo que obraba como Salvador, sin respeto de la carne y de la sangre. Aprende a desnudarte del amor de los parientes y amigos cuando has de obrar según tu vocación; cuando has de darte a Dios, o en el estado másperfecto, o en santos ejercicios. Ignoran estos lo que es espíritu, y son un estorbo grande para sus obras. No puedes ser discípulo de Cristo, si en lo que toca a esto no aborreces al padre y a la madre.
ORACIONES PARA FINALIZAR TODOS LOS DÍAS
Concluyamos nuestra oración implorando la intercesión de la santísima Virgen María y del Glorioso Patriarca san José:Oración a la Santísima Virgen
Soberana María que por tus grandes virtudes y especialmente por tu humildad, mereciste que todo un Dios te escogiera para madre suya. Te suplico que tú misma prepares y dispongas mi alma y la de todos los que en este tiempo se preparan para celebrar el nacimiento de tu adorable Hijo.
¡Oh dulcísima Madre!, concédenos tu profundo recogimiento y divina ternura para que seamos un día dignos de verle, amarle y adorarle por toda la eternidad. Amén.
Oración a San José
Oh Santísimo San José, esposo de María y padre putativo de Jesús, infinitas gracias doy a Dios porque te escogió para tan altos ministerios y te adornó con todos los dones proporcionados a tan excelente grandeza. Por el amor que le tuviste al Divino Niño, te ruego la gracia de abrasarme en fervorosos deseos de verle y recibirle sacramentalmente hasta que lo vea y goce en el cielo. Amén.
Soberana María que por tus grandes virtudes y especialmente por tu humildad, mereciste que todo un Dios te escogiera para madre suya. Te suplico que tú misma prepares y dispongas mi alma y la de todos los que en este tiempo se preparan para celebrar el nacimiento de tu adorable Hijo.
¡Oh dulcísima Madre!, concédenos tu profundo recogimiento y divina ternura para que seamos un día dignos de verle, amarle y adorarle por toda la eternidad. Amén.
Oración a San José
Oh Santísimo San José, esposo de María y padre putativo de Jesús, infinitas gracias doy a Dios porque te escogió para tan altos ministerios y te adornó con todos los dones proporcionados a tan excelente grandeza. Por el amor que le tuviste al Divino Niño, te ruego la gracia de abrasarme en fervorosos deseos de verle y recibirle sacramentalmente hasta que lo vea y goce en el cielo. Amén.
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Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.
Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.
Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.
Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.
Santos Patriarcas, Profetas y justos que aguardasteis la llegada del Mesías, rogad por nosotros.
Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros.
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¡Querido hermano, si te ha gustado esta meditación, compártela con tus familiares y amigos!
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Ave María Purísima, sin pecado concebida.