VED COMO SE AMAN ENTRE ELLOS
REFLEXIÓN DIARIA DEL COMPENDIO DE LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA (n. 52-55)
“Ya no hay judío ni griego; ni esclavo ni
libre; ni hombre ni mujer, ya que todos vosotros sois uno en Cristo Jesús” (Ga
3,26-28) –con estas palabras resumen san Pablo la nueva dinámica en las
relaciones entre las personas a partir de la salvación obrada por Cristo. Una
renovación de las relaciones que hace tener a todos como hermanos amados por
Dios, y particularmente a aquellos que han recibido el bautismo y comparte la
filiación divina.
Recordemos una vez más el testimonio de
las primeras comunidades cristianas que creaba asombro y admiración, y fue en
muchos casos el motivo para que los paganos llegaran a la fe. “La congregación
de los que creyeron era de un corazón y un alma; y ninguno decía ser suyo lo
que poseía, sino que todas las cosas eran de propiedad común. No había, pues,
ningún necesitado entre ellos, porque todos los que poseían tierras o casas las
vendían, traían el precio de lo vendido, y lo depositaban a los pies de los
apóstoles, y se distribuía a cada uno según su necesidad. Hch 4, 32.34-34)
Así lo afirma también Tertuliano diciendo
que los paganos se convertían viendo el amor que reinaba entre los cristianos:
«Ved –dicen– cómo se aman entre ellos» (cf. Apologético, 39, 7).
Por tanto, la Iglesia y los cristianos en
todo tiempo tienen esta misión de renovar fundamentados en el mandamiento nuevo
del amor las relaciones sociales. Una tarea que no cesa nunca, una tarea que
debe estar siempre realizándose. Es esta dinámica del amor la que ha de
caracterizar mi propia vida, la de mi comunidad cristiana, la de mi pueblo… Y
nuevamente presento el ejemplo de los santos pues ellos así lo hicieron,
irradiaron amor y renovaron el mundo que les tocó vivir.
Pero si hacemos un poco de examen de
conciencia veremos como tantas veces a nuestra Iglesia, a nuestras comunidades
parroquiales y a nosotros mismos no falta vivir esta verdad, vivir este
mandamiento. ¡Es lamentable constatar tanta división, críticas, juicios,
envidias, rivalidades… en nuestras comunidades cristianas! Y este es uno de los
motivos por el cual muchas personas abandonan la Iglesia y se van a las sectas porque
encuentran acogida, cariño, preocupación e interés…
Si realmente anhelamos un mundo nuevo, si
deseamos ardientemente que venga el Reino de Dios, hemos de renovar en nosotros
la exigencia de la ley del amor, y también hoy muchos se convertirán diciendo “Mirad
como se aman”. Pero empecemos hoy cada uno de nosotros.