miércoles, 17 de febrero de 2016

LES ANUNCIA EL CASTIGO Y LES PROPONE EL REMEDIO. San Ambrosio, obispo

 
Homilía de maitines

MIERCOLES DE TEMPORAS DE CUARESMA
Forma Extraordinaria del Rito Romano

HOMILIA DE SAN AMBROSIO, OBISPO.
Libro 7 sobre San Lucas, cap. 11
En la condenación del pueblo judío vemos claramente figurado, lo que sucede misteriosamente en la Iglesia. Los hijos de la Iglesia vienen de todo el universo a reunirse para escuchar las palabras del pacífico Salomón; sea como los Ninivitas, por la penitencia, sea como la reina de Saba, movidos por el deseo de aprender la sabiduría. Reina es, en verdad, esta Iglesia cuyo reino es indiviso, constituido por diversos pueblos que viene de regiones muy distantes para reunirse en un solo cuerpo.
He aquí, pues, un gran símbolo de Cristo y de la Iglesia, pero con una gran diferencia. Antes existía solo la figura; actualmente el misterio se cumple en plena realidad. Allí vemos a Salomón, figura de Jesucristo; aquí a Jesucristo en su mismo cuerpo. Hay por consiguiente, dos elementos en la Iglesia; los que no cometen pecados y los que dejan de pecar. Corresponde, en efecto, a la penitencia, destruir el pecado, y a la sabiduría, no cometerlo.
Por lo demás, el milagro de Jonás no solo es figura de la pasión del Señor, sino también testimonio de la gravedad de los pecados cometidos por los Judíos. Y conviene al propio tiempo que consideremos en las palabras que Jesús les dirige, la majestad del oráculo y la prueba de su piedad. Pues al citar el ejemplo de los Ninivitas, les anuncia el castigo y les propone el remedio. Por lo cual los Judíos  no deben desesperar del perdón, con tal que quieran hacer penitencia.
Transcripto por gentileza de Dña. Ana María Galvez