JUEVES DE LA I SEMANA DE CUARESMA
Forma Extraordinaria del Rito Romano
HOMILIA
DE SAN JERONIMO PRESBITERO
Libro 2 de los comentarios sobre el cap.
15 de San Mateo
Dejando
a los calumniadores, escribas y fariseos, Jesús pasa al país de Tiro y de
Sidón, a fin de curar a los Tirios y Sidonianos. Y he ahí que una mujer Cananea
sale de este país, donde antes residía, a fin de que con su plegaria consiga la
curación de su hija. Conviene observar que la hija de la Cananea es curada en
el decimoquinto lugar. “Señor, Hijo de David, compadécete de mí”. Si ha
aprendido a llamarle Hijo de David, es porque ha salido de su país, y,
cambiando de lugar y de fe, ha dejado el error de los Tirios y Sidonianos.
“Mi
hija se ve cruelmente atormentada por el demonio”. Yo creo que la hija de la
Cananea simboliza las almas de los paganos; las cuales eran molestadas
atrozmente por el demonio, por lo mismo que ignoraban el Creador y adoraban a las
piedras. Jesús no respondió a la Cananea palabra alguna, no ciertamente para
imitar la soberbia de los fariseos, ni la vanidad de los escribas, sino a fin
de no contradecir la norma de conducta que
el mismo había impuesto al decir “No iréis al país de los Gentiles y no
entrareis en las ciudades de los Samaritanos”. No quería dar ocasión alguna a
los calumniadores, reservando para el tiempo de su pasión y resurrección el dar
la salud perfecta a los Gentiles.
Y
acercándosele sus discípulos, le rogaban, diciendo: “Déjala, pues clama en pos
de nosotros”. Los discípulos, ignorando aun en aquel tiempo los misterios del
Señor, pedían por la mujer Cananea, a la que otro evangelista llama
siro-fenicia, movidos a compasión, o tal vez deseando verse libres de su importunidad,
ya que llamaba repetidas veces a Jesús como a un médico, no compasivo, sino
inclemente. Más el respondiendo dijo: “No he sido enviado sino a las ovejas que
perecieron de la casa de Israel”. No que no hubiera sido enviado a los
Gentiles, sino porque en primer lugar fue enviado a Israel. Y no habiendo los
israelitas querido recibir su Evangelio, era justo que Jesús les dejase para
anunciarlo a los Gentiles.
Transcripto por
gentileza de Dña. Ana María Galvez