Homilía de maitines
VIERNES DESPUÉS DE CENIZA
Forma Extraordinaria del Rito Romano
HOMILIA DE SAN JERONIMO,
PRESBITERO
Libro 1 de los
Comentarios sobre los caps. 5 y 6 de San Mateo
“Mas yo os digo: Amad a vuestros enemigos, haced
bien a los que os han aborrecido”. Muchos hay que considerando los preceptos de
Dios partiendo de su flaqueza, no según la virtud de los Santos, creen que es
imposible lo que nos ha sido mandado, y afirma ser suficiente virtud el no
aborrecer a los enemigos, ya que amarlos es superior a lo que puede la
naturaleza. Pero debemos saber, que Cristo no manda lo imposible, sino lo perfecto.
David lo practico con Saúl y Absalón y San Esteban rogó por los enemigos que le
apedreaban. Del mismo modo Pablo deseaba ser anatema por sus perseguidores.
Esto también enseño y practico Jesús diciendo: “Padre perdónales, porque no
saben lo que hacen”.
Para que seáis hijos de vuestro Padre que estás en
los cielos”. Si aquel que guarda los preceptos de Dios, se hace hijo de Dios;
es bien manifiesto que no lo es por naturaleza, sino que esto depende de su
voluntad. “Por consiguiente, cuando haces limosna, no quieras tocar la
trompeta, como lo hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para
ser honrados por los hombres”. Aquel que toca la trompeta al hacer limosna, es
hipócrita. Aquel que al ayunar desfigura su rostro para demostrar en el semblante
la flaqueza de su estómago, también es hipócrita. Aquel que ora en las
sinagogas y en las esquinas de las plazas para ser visto de los hombres, es
hipócrita.
De
todo lo cual se deduce que son hipócritas cuantos hacen sus obras para que sean
glorificados por los hombres. A mí me parece que también lo es aquel que dice a
su hermano: “déjame que quite la mota de tu ojo”; pues parece que lo hace por
la gloria, a fin de que sea tenido por justo. Por lo cual le dice el Señor:
“Hipócrita, echa primero la viga de tu ojo”. Por lo tanto, no es la apariencia
de la virtud, sino el motivo de la virtud que recibirá recompensa delante de
Dios. Si te apartas del camino recto, poco importe que te desvíes a la derecha
o a la izquierda, puesto que has abandonado el verdadero camino.
Transcrito por Dña. Ana Mª Galvez
Transcrito por Dña. Ana Mª Galvez