Por
la señal...
Señor
mío Jesucristo…
*** Por decreto de S.S.
León XIII, el rezo de la corona satisface el rezo del rosario.
Primer Dolor - La profecía
de Simeón (cf. Lucas 2,22-35)
Qué
grande fue el impacto en el Corazón de María, cuando oyó las tristes palabras
con las que Simeón le profetizó la amarga Pasión y muerte de su dulce Jesús.
Querida Madre, obtén para mí un auténtico arrepentimiento por mis pecados.
-Padrenuestro, siete Ave Marías, Gloria al Padre
Segundo Dolor - La huida a
Egipto (Mateo 2,13-15)
Repentinamente
de noche, a fin de salvar a su querido Hijo de la matanza decretada por
Herodes. Cuánta angustia la de María, cuántas fueron sus privaciones durante
tan largo viaje. Cuántos sufrimientos experimentó Ella en la tierra del exilio.
Madre Dolorosa, alcánzame la gracia de perseverar en la confianza y el abandono
a Dios, aún en los momentos más difíciles de mi vida.
-Padrenuestro, siete Ave Marías, Gloria al Padre
Tercer Dolor - El Niño
perdido en el Templo (Lucas 2,41 -50)
Qué
angustioso fue el dolor de María cuando se percató de que había perdido a su
querido Hijo. Llena de preocupación y fatiga, regresó con José a Jerusalén.
Durante tres largos días buscaron a Jesús, hasta que lo encontraron en el
templo. Madre querida, cuando el pecado me lleve a perder a Jesús, ayúdame a
encontrarlo de nuevo a través del Sacramento de la Reconciliación.
-Padrenuestro, siete Ave Marías, Gloria al Padre
Cuarto Dolor - María se
encuentra con Jesús camino al Calvario (IV Estación del Vía Crucis)
Acércate,
querido cristiano, ven y ve si puedes soportar tan triste escena. Esta Madre,
tan dulce y amorosa, se encuentra con su Hijo en medio de quienes lo arrastran
a tan cruel muerte. Consideren el tremendo dolor que sintieron cuando sus ojos
se encontraron - el dolor de la Madre bendita que intentaba dar apoyo a su
Hijo. María, yo también quiero acompañar a Jesús en Su Pasión, ayúdame a
reconocerlo en mis hermanos y hermanas que sufren.
-Padrenuestro, siete Ave Marías, Gloria al Padre
Quinto Dolor - Jesús muere
en la Cruz (Juan 19,17-39)
Contempla
los dos sacrificios en el Calvario - uno, el cuerpo de Jesús; el otro, el
corazón de María. Triste es el espectáculo de la Madre del Redentor viendo a su
querido Hijo cruelmente clavado en la cruz. Ella permaneció al pie de la cruz y
oyó a su Hijo prometerle el cielo a un ladrón y perdonar a Sus enemigos. Sus
últimas palabras dirigidas a Ella fueron: "Madre, he ahí a tu hijo."
Y a nosotros nos dijo en Juan: "Hijo, he ahí a tu Madre." María, yo
te acepto como mi Madre y quiero recordar siempre que Tú nunca le fallas a tus
hijos.
-Padrenuestro, siete Ave Marías, Gloria al Padre
Sexto Dolor - María recibe
el Cuerpo de Jesús al ser bajado de la Cruz (Marcos 15, 42-46)
Considera
el amargo dolor que sintió el Corazón de María cuando el cuerpo de su querido
Jesús fue bajado de la cruz y colocado en su regazo. Oh, Madre Dolorosa,
nuestros corazones se estremecen al ver tanta aflicción. Haz que permanezcamos
fieles a Jesús hasta el último instante de nuestras vidas.
-Padrenuestro, siete Ave Marías, Gloria al Padre
Séptimo Dolor -Jesús es
colocado en el Sepulcro (Juan 19, 38-42)
¡Oh
Madre, tan afligida! Ya que en la persona del apóstol San Juan nos acogiste como
a tus hijos al pie de la cruz y ello a costa de dolores tan acerbos, intercede
por nosotros y alcánzanos las gracias que te pedimos en esta oración.
Alcánzanos, sobre todo, oh Madre tierna y compasiva, la gracia de vivir y
perseverar siempre en el servicio de tu Hijo amadísimo, a fin de que merezcamos
alabarlo eternamente en el cielo.
-Padrenuestro, siete Ave Marías, Gloria al Padre
Oración final
Oh
Doloroso e Inmaculado Corazón de María, morada de pureza y santidad, cubre mi
alma con tu protección maternal a fin de que siendo siempre fiel a la voz de
Jesús, responda a Su amor y obedezca Su divina voluntad. Quiero, Madre mía,
vivir íntimamente unido a tu Corazón que está totalmente unido al Corazón de tu
Divino Hijo. Átame a tu Corazón y al Corazón de Jesús con tus virtudes y
dolores. Protégeme siempre. Amén.