domingo, 26 de abril de 2015

PASCUA CON SANTA TERESA DE JESÚS: NO OS ESCONDÁIS, SEÑOR, DE MÍ

NO OS ESCONDÁIS, SEÑOR, DE MÍ
 ¡Oh, Vida que la dais a todos!, no me neguéis a mí esta agua dulcísima que prometéis a los que la quieren. Yo la quiero, Señor, y la pido, y vengo a Vos; no os escondáis, Señor, de mí, pues sabéis mi necesidad y que es verdadera medicina del alma que se acerca a Vos. ¡Oh, Señor, cuántas clases de fuego hay en esta vida! Unos consumen el alma, otros la purifican, para que viva siempre gozando de Vos.
¡Oh, fuentes vivas de las llagas de mi Dios, cómo manaréis siempre con gran abundancia para nuestro sustento y qué seguro irá por los peligros de esta miserable vida el que procure alimentarse de este divino licor! (E 9).
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  Si el amor que me tenéis,
Dios mio, es como el que yo os tengo,
Decidme, ¿en qué me detengo?.
Vos, ¿en qué os detenéis?
Alma, ¿qué quieres de mí?
-Dios mío, no más que verte.
-Y ¿qué temes más de tí?
-Lo que más temo es perderte.
Un amor que ocupe os pido,
Dios mío, mi alma os tenga,
Para hacerte un dulce nido
Adonde más la convenga.
Un alma en Dios escondida
¿Qué tiene que desear,
Sino amar y más amar,
Y en amor toda encendida

Tornarte de nuevo a amar? (P 4).