Santo Rosario.
Por la
señal...
Monición inicial:
Celebramos hoy
a San Pablo de la Cruz, presbítero, que desde su juventud destacó por su vida
penitente, su celo ardiente y su singular caridad hacia Cristo crucificado, al
que veía en los pobres y enfermos. Fundó la Congregación de los Clérigos
Regulares de la Cruz y de la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo. (1775)
Su abandono en
los brazo de la Virgen como Maestra y guía del cielo queda expresado en este
pensamiento suyo: Estrecho es el camino
del cielo. Dejémonos guiar y conducir por aquellos que Dios ha elegido para
dirigirnos y gobernarnos. Así seremos verdaderos imitadores del Divino Infante,
que se abandonó en todo a los cuidados de María, su Madre, la Virgen purísima
santísima e inmaculada.
Señor mío Jesucristo...
MISTERIOS DOLOROSOS
1. La Oración de Jesús
en el Huerto
“Cuando nos
parece que todo está perdido, entonces debe ser mayor nuestra confianza. Todo
está contra nosotros… me alegro mucho… Dios nos será tanto más favorable…
Abandonémonos en el Señor, y descansemos con confianza en su amoroso seno.”
2. La flagelación de
Jesús atado a la columna.
“Clavad los ojos
en la Cruz de Jesucristo para reanimar vuestra confianza. Contemplad con amor y
compasión Aquella sangre preciosa, aquellas llagas, aquellas heridas profundas
y aquellos brazos omnipotentes que fabricaron el cielo y la tierra, y sabed que
aun están abiertos para abrazar a los pecadores arrepentidos, que acuden
humildemente a su misericordia infinita..”
3. La coronación de
espinas
“Haced todos los
días un cuarto de hora de oración sobre la Pasión del Redentor antes de salir
de vuestro cuarto, y veréis que todo os irá bien durante el día, y viviréis
alejados del pecado. ¿Cómo es posible, en efecto, ofender á un Dios azotado,
coronado de espinas y crucificado por nuestro amor? ¿Cómo será posible que
meditando atentamente todos los días estas verdaderas de fe, se pueda ofender,
ultrajar, despreciar á Dios? Esto es imposible.”
4. Nuestro Señor con
la cruz a cuestas camino del Calvario
“Es cosa muy
buena y santa pensar en la pasión del Señor y meditar sobre ella, ya que por
este camino se llega a la santa unión con Dios. En esta santísima escuela se
aprende la verdadera sabiduría: en ella la han aprendido todos los santos.
Cuando la cruz de nuestro dulce Jesús haya echado profundas raíces en vuestro
corazón, entonces cantaréis: «Sufrir y no morir», o bien: «O sufrir o morir», o
mejor aún: «Ni sufrir ni morir, sino sólo una perfecta conversión a la voluntad
de Dios».”
5. La crucifixión y
muerte del Señor
“Haced que
vuestra oración sea cada vez más interior y fervorosa en la pura fe,
anonadándoos más y más y no buscando el consuelo sino en Dios, repitiendo a
menudo estas palabras de Jesucristo: Hágase tu voluntad. Jesús ha orado tres
horas en la Cruz, y esta fue una oración verdaderamente crucificada, sin
consuelo, ni interior ni exterior. ¡Oh Dios! ¡qué gran lección! Rogad a Jesús
que la imprima en vuestro corazón.”