CLARO
TENGO YO QUE AÚN NO HE COMENZADO A SERVIR A DIOS.
Bien claro tengo yo que aún no he
comenzado a servir a Dios, aunque Su Majestad me ha concedido mercedes como si
fuera buena, y que soy una verdadera calamidad, excepto en los deseos y en el
amor, y en esto también veo claro que me ha favorecido el Señor para que pueda
servirle en algo. A mí me parece que le amo, mas me desconsuelan las obras y
las muchas imperfecciones que veo en mí (V 30, 17).