DOMINGO DEL
BUEN PASTOR CON SANTA TERESA DE JESÚS: OIR LOS SILBOS AMOROSOS
Para
buscar a Dios en lo interior (donde se encuentra mejor y con más provecho que
en las criaturas, como dice san Agustín, que lo halló después de haberlo
buscado en muchas partes), es gran ayuda cuando Dios hace esta merced. Y no
creáis que este recogimiento es fruto del entendimiento activo, que se esfuerza
en pensar que Dios está dentro de sí, ni de la imaginación, que lo representa
dentro de sí. Bueno es esto y excelente manera de meditación, porque se funda
sobre la verdad de que Dios está dentro de nosotros mismos; mas no es esto, que
cada uno lo puede hacer -con el favor de Dios, ya se entiende-; mas lo que digo
es de diferente manera, y que algunas veces, antes de que comience a pensar en
Dios, ya esta gente está en el castillo, que no se por dónde ni cómo oyó el
silbo de su Pastor, que no fue por los oídos, pues no se oye nada, mas siéntese
notablemente un recogimiento suave en lo interior, como verá quien lo
experimenta, que yo no lo se explicar mejor. Paréceme que he leído que sucede
como a un erizo o tortuga cuando se retiran hacia sí; y debíalo de entender
quien lo escribió. Con la diferencia de que los erizos y tortugas entran en sí
cuando quieren; pero la oración de recogimiento no está en nuestro querer, sino
llega cuando Dios nos quiere hacer esta merced (IV M 3, 3).