LA VERDADERA POBREZA DE ESPÍRITU
Estoy persuadida de que cuando un alma
forcejea para conseguir oración de unión, aunque parezca que consigue algo, se
desvanece muy pronto como algo artificial. Y temo que no llegue nunca a la
verdadera pobreza de espíritu, que consiste en no buscar consuelo ni gusto en
la oración..., sino consuelo en los sufrimientos soportados por amor del que
siempre vivió en ellos y permanecer sosegada en ellos y en las sequedades (V
22, 11; CN 12).