ORACIÓN PARA COMENZAR TODOS
LOS DÍAS
Virgen María, te saludamos y acudimos a ti
que permaneciste siempre Virgen siendo la Madre del Verbo
encarnado,
Dios y Salvador nuestro, Jesucristo
y que, por su singular elección, en atención a los méritos de tu Hijo
fuiste redimida de modo más sublime,
preservada inmune de toda mancha de culpa original
y que superas ampliamente en don de gracia eximia a todas
las demás criaturas.
V/.
Oh
María, sin pecado concebida
R/.
Rogad
por nosotros que recurrimos a Vos.
Unidos a ti y proclamando las maravillas que Dios obró en
su humilde esclava; decimos:
V/. Gloria al
Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
R/.
Como
era en el principio ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
DÍA6º MARÍA, LA MUJER AMADA DE DIOS
MEDITACIÓN.S. S. Juan Pablo II sobre la
Inmaculada Concepción en la visión espiritual del P. Kolbe
Amando
a María honramos a Dios que la ha elevado a la dignidad de Madre del propio
Hijo, hecho Hombre, y nos unimos a Jesucristo que la amó como a Madre; nunca la
amaremos como Él la amó: «Jesucristo fue el primero en honrarla como a su Madre
y nosotros debemos imitarle también en esto. Jamás lograremos igualar el amor
con que Jesús la amó». El amor a María, es el camino más sencillo y más fácil
para santificarnos, realizando nuestra vocación cristiana. El amor de que nos
habla San Maximiliano no es
ciertamente sentimentalismo superficial, sino compromiso generoso, es donación
de toda la persona, como él mismo nos ha demostrado con su vida de fidelidad
evangélica hasta su muerte heroica.
ORACIÓN CONCLUSIVA (Juan Pablo II, 1991)
¡Oh
María Inmaculada,
a
ti acudimos con afecto filial:
ilumina,
guía, salva
a
la humanidad redimida por Cristo,
tu
Hijo, nuestro hermano!
¡Atrae
a los que están lejos,
convierte
a los pecadores,
consuela
a los que sufren,
ayuda
y fortalece
a
quienes ya te conocen y te aman!
"Maravillas
se dicen de ti, oh María,
porque
de ti ha nacido el Sol de justicia,
Cristo,
nuestro Dios".
(pida
cada uno la gracia que desea alcanzar en esta novena)