DÍA 5.
EL CORAZÓN DE MARÍA ES EL CORAZÓN DE NUESTRA MADRE
MES DE AGOSTO EN HONOR
AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA
wOraciones para comenzar todos los días:
+Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Con el Ángel de la Paz que enseñó a los tres pastorcitos de Fátima-Lucía, Francisco y Jacinta- a rezar para desagraviar los Corazones de Jesús y de María, decimos:
Dios mío, yo creo, adoro, espero y os amo.
Os pido perdón por los que no creen, no adoran,
no esperan y no os aman. (3 veces)
***
Santísima Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo,
Os adoro profundamente y Os ofrezco
el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma
y Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo,
presente en todos los sagrarios de la tierra,
en reparación por los ultrajes, sacrilegios e indiferencias
con que Él mismo es ofendido
y por los méritos infinitos de su Sacratísimo Corazón
y del Corazón Inmaculado de María,
os pido la conversión de los pobres pecadores. Amén.
w Consideración diaria.
DÍA 5.
EL CORAZÓN DE MARÍA ES EL CORAZÓN DE NUESTRA MADRE
El Corazón Inmaculado de María es el Corazón de aquella que es Madre de Dios, pero también Madre de todos los hombres. En la persona del discípulo amado, al pie de la Cruz, Jesús entregó su Madre a toda la Iglesia y a la misma humanidad: “Hijo, ahí tienes a tu madre.”
En el Corazón santísimo de María todos los hombres tienen cabida, a todos nos ama como a hijos suyos; siendo siempre para todos amor, ayuda, consuelo, fortaleza y compasión. Decía el Santo Cura de Ars: “El Corazón de María es tan grande para con nosotros que, si reuniéramos el amor de los corazones de todas las madres, ese amor, con ser tan grande, parecería un pedazo de hielo comparado con el inmenso amor que en el Corazón de María arde hacia nosotros sus hijos”.
¿Cuál es el deseo del hijo hacia su Madre? Corresponder a su amor. Amor con amor se paga –solemos decir-. Por eso la devoción y veneración al Corazón Inmaculado de María ha de ser un verdadero deseo de corresponder a su amor, de ser un fiel y amante hijo de la Virgen. El verdadero devoto de la Virgen María quiere ser santo imitándola a Ella en todo.
San Antonio María Claret se decía a sí mismo: “Un hijo del Inmaculado Corazón de María es un hombre que arde en caridad y que abraza por donde pasa; que desea eficazmente y procura, por todos los medios, encender a todo el mundo en el fuego del divino amor. Nada le arredra; se goza en las privaciones; aborda los trabajos; abraza los sacrificios; se complace en las calumnias y se alegra en los tormentos”.
wOraciones para terminar todos los días:
Terminemos nuestra oración, haciendo un acto de reparación al Inmaculado Corazón de María:
· En reparación por las blasfemias y ultrajes que se cometen contra la Inmaculada Concepción de María. (Avemaría)
· En reparación por las blasfemias y ultrajes que se cometen contra la Virginidad perpetua de Nuestra Señora. (Avemaría)
· En reparación por las blasfemias y ultrajes que se cometen contra la maternidad divina de María, rechazando al mismo tiempo recibirla como Madre de los hombres. (Avemaría)
· En reparación por aquellos que infunden en los niños y en los jóvenes el desprecio hacia la Virgen Inmaculada. (Avemaría)
· En reparación por aquellos que ultrajan, desprecian y maltratan las imágenes y representaciones de la Virgen Santísima. (Avemaría)
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CONSAGRACIÓN AL INMACULADO CORAZÓN
de San Antonio María Claret
¡Oh, María! Madre de Dios y Madre nuestra, a Vos acudimos para consagrarnos a vuestro Inmaculado Corazón para que reines en nuestros corazones y en nuestra familia y nos ponemos bajo tu protección maternal.
Os consagramos nuestros cuerpos y nuestras almas, nuestra familia, nuestro hogar; todo cuanto somos y tenemos. Y para que esta consagración sea eficaz y verdadera, renovamos a vuestros pies las promesas que en nuestro nombre hicieron nuestros padres en el bautismo.
Renunciamos a las seducciones del mundo, enemigo de Dios y nuestro; sus criterios de riquezas, honores y placeres; sus escándalos y pecados. Renunciamos a nuestras malas pasiones y a las intrigas del demonio.
Y nos comprometemos a conservar nuestra fe, santificar nuestras costumbres y seguir los dictados del Magisterio de la Santa Iglesia Católica fundada por Nuestro Señor Jesucristo y frecuentar los Santos Sacramentos. Amén.
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Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío.
Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.
Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.
Santos Ángeles custodios, rogad por nosotros.
Todos los santos de Dios, rogad por nosotros.
Ave María Purísima, sin pecado concebida.