IV DOMINGO DESPUES DE EPIFANIA
Forma Extraordinaria del Rito Romano
En
aquel tiempo, subió Jesús a la barca, y sus discípulos lo siguieron. En esto se
produjo una tempestad tan fuerte, que la barca desaparecía entre las olas; él
dormía. Se acercaron y lo despertaron
gritándole: «¡Señor, sálvanos, que perecemos!». Él les dice: «¿Por qué tenéis
miedo, hombres de poca fe?». Se puso en pie, increpó a los vientos y al mar y
vino una gran calma. Los hombres se decían asombrados: «¿Quién es este, que
hasta el viento y el mar lo obedecen?».
Mt 8, 23-27