martes, 27 de diciembre de 2016

EL ROSARIO EN LA FIESTA SAN JUAN EVANGELISTA





Santo Rosario.
Por la señal... 
Monición inicial: Se celebra hoy la fiesta de san Juan, apóstol y evangelista, hijo de Zebedeo, que junto con su hermano Santiago y con Pedro fue testigo de la transfiguración y de la pasión del Señor, y al pie de la cruz recibió de Él a María como madre. En su evangelio y en otros escritos se muestra como teólogo, habiendo contemplado la gloria del Verbo encarnado y anunciando lo que vio. Pidamos su intercesión para que también nosotros acojamos a María en nuestra casa como verdadera madre nuestra.
Señor mío Jesucristo…
MISTERIOS DOLOROSOS
1. La Oración de Jesús en el Huerto
“En esto se manifestó entre nosotros el amor de Dios;
en que Dios envió al mundo a su Hijo único
para que vivamos por medio de él.
En esto consiste el amor:
no en que nosotros hayamos amado a Dios,
sino en que él nos amó y nos envió a su Hijo
como víctima de expiación por nuestros pecados.”. 1 Jn 4, 9-10
2. La flagelación de Jesús atado a la columna.
“Sus mandamientos no son pesados,
pues todo lo nacido de Dios vence al mundo.
Y esta es la victoria que vence al mundo: nuestra fe.” 1 Jn 5, 3-5
3. La coronación de espinas
“En esto sabremos que somos de la verdad,
y tendremos nuestra conciencia tranquila ante él,
aunque nuestra conciencia nos condene,
pues Dios, que lo sabe todo,
está por encima de nuestra conciencia.
Queridos, si la conciencia no nos condena,
tenemos confianza total en Dios,
y lo que le pidamos lo obtendremos de él,
porque guardamos sus mandamientos
y hacemos lo que le agrada.
Y este es su mandamiento:
que creamos en el nombre de su Hijo, Jesucristo,
y que nos amemos unos a otros
según el mandamiento que nos dio.” 1 Jn 3, 19-23     
4. Nuestro Señor con la cruz a cuestas camino del Calvario
“Jesucristo, el Justo: Él es víctima de propiciación por nuestros pecados,
no sólo por los nuestros, sino también por los del mundo entero.” 1 Jn 2, 2
5. La crucifixión y muerte del Señor
“En esto hemos conocido lo que es amor:
en que él dio su vida por nosotros.
También nosotros debemos dar la vida por los hermanos.
Si alguno que posee bienes del mundo,
ve a su hermano que está necesitado
y le cierra sus entrañas,
¿cómo puede permanecer en él el amor de Dios?.” 1 Jn 3, 16-17