Por la señal…
CONSAGRACIÓN compuesta por S. Maximiliano Kolbe
"Oh Inmaculada, reina del cielo y
de la tierra, refugio de los pecadores y
Madre nuestra amorosísima, a quien Dios
confió la economía de la misericordia. Yo, pecador indigno, me postro ante ti,
suplicando que aceptes todo mi ser como
cosa y posesión tuya. A ti, Oh Madre, ofrezco todas las dificultades de mi alma y mi cuerpo,
toda la vida, muerte y eternidad. Dispón también, si lo deseas, de todo mi ser, sin ninguna reserva, para cumplir lo que de ti ha sido dicho: "Ella
te aplastará la cabeza", y también: "Tú
has derrotado todas las herejías en el mundo". Haz que en tus manos
purísimas y misericordiosas me convierta en instrumento útil para introducir y
aumentar tu gloria en tantas almas
tibias e indiferentes, y de este modo,
aumentar en cuanto sea posible el bienaventurado Reino del Sagrado Corazón de Jesús.Donde tú
entras oh Inmaculada, obtienes la gracia
de la conversión y la santificación, ya que toda gracia que fluye del Corazón de Jesús para nosotros,
nos llega a través de tus manos. Ayúdame a alabarte, Oh Virgen Santa y dame
fuerza contra tus enemigos.
Y se dice tres veces:
Oh María sin pecado concebida, R/. Rogad por nosotros que recurrimos a Vos.
8
|
. Del Evangelio según san Lucas
1, 46-48
Engrandece mi alma al Señor
y mi espíritu se alegra en Dios mi salvador porque ha puesto los ojos en
la humildad de su esclava, por eso desde ahora todas las generaciones me
llamarán bienaventurada.
De los escritos de San Maximiliano
Kolbe: "Que cada caída, aunque sea
gravísima y repetida, nos sirva siempre y solamente como escalón hacia una
perfección más alta. Por esto sólo, en efecto, la Inmaculada permite una caída,
para curarnos del orgullo, de la soberbia, y para empujarnos a la humildad y
hacernos de tal manera más dócil a las gracias divinas."
Oración para finalizar todos los días
de San Maximiliano Kolbe
Dime quién eres, Oh Inmaculada, Reina
del cielo y de la tierra, quiero
ardientemente conocerte, conocerte cada
vez más profundamente y sin algún
límite, para amarte con un ardor
igualmente sin límites. Deseo que tú
seas conocida por otras almas, a fin de
que también por ellas, cada vez más numerosas, tú seas amada.
●Pida cada uno la
gracia que desea alcanzar en esta novena:
(Breve silencio)
1.
Por tu Inmaculada Concepción, María, concédenos la pureza del alma, la
limpieza de corazón y la castidad del cuerpo.
Avemaría y Gloria
2.
Por tu Inmaculada Concepción, María, danos el detestar el pecado y la
fortaleza para apartarnos de la ocasión de ofender a Dios.
Avemaría y Gloria
3.
Por tu Inmaculada Concepción, María, concédenos amar y desear la virtud,
resplandor de la belleza divina.
Avemaría y Gloria
AVE
MARÍA PURÍSIMA,
R/. Sin pecado concebida.