EL SEÑOR QUE VIENE EN LA COMUNIÓN
Cuando acabéis de recibir al Señor, como tenéis a la misma
persona delante, procurad cerrar los ojos del cuerpo y abrir los del alma y
mirad al corazón; que yo os digo... que, si os acostumbráis a hacer esto
siempre que comulguéis,... aunque viene disfrazado, no lo vendrá tanto que no
se os de a conocer de muchas maneras, según el deseo que tengáis de verle; y
tanto lo podéis desear que se os descubra del todo (c 34, 12).