"El Sagrado Corazón de María es la obra que llena de estupor a
todas las criaturas; que se asombran admiradas, y estáticas dicen: "¿Quién
es esta mujer tan excelsa, tan sublime, tan elevada?". Este corazón es el prodigio de todas las
maravillas de Dios, que su Divina Majestad ha querido poner en el centro de su
Iglesia para admiración de todos los siglos.
Almas tímidas, no temáis de acudir con confianza a este
Corazón benigno, piadoso y lleno de misericordia. Alzad vuestros ojos a María y
mirad su rostro benigno, sus ojos amorosos, su manos benéficas, su amantísimo y
ardentísimo Corazón y descubriréis que ella está siempre dispuesta a acogernos
con su rostro benigno, a ayudarnos con su mirada fija en nuestras necesidades, a
llamarnos a la conversión con sus manos abiertas, a ofrecernos el remedio a todos
vuestros males con su corazón de madre.
Después de Dios, María es nuestra esperanza. Cuando en los peligros, en las angustias, en las dudas, en todos los asuntos tanto espirituales como materiales, recurramos a María, invoquemos su santo nombre, pensamos en María, no dejemos que María se aparte de nuestro corazón, no nos olvidemos de María, porque toda gracia nos viene de María."
Después de Dios, María es nuestra esperanza. Cuando en los peligros, en las angustias, en las dudas, en todos los asuntos tanto espirituales como materiales, recurramos a María, invoquemos su santo nombre, pensamos en María, no dejemos que María se aparte de nuestro corazón, no nos olvidemos de María, porque toda gracia nos viene de María."